En un discurso ante el Parlamento de Israel, el presidente argentino Javier Milei ha anunciado que el traslado de la Embajada de Argentina a Jerusalén Occidental se hará efectivo en 2026. Esta promesa, realizada anteriormente ante las autoridades israelíes, se enmarca en la estrecha alianza que Milei busca fortalecer entre Argentina y su «socio estratégico más importante», Israel.
Milei recordó que Argentina fue uno de los primeros países en reconocer el Estado de Israel, y ahora da un paso más al decidir trasladar su representación diplomática a la ciudad que Israel considera su capital unificada. Sin embargo, esta decisión ha sido motivo de crítica por parte de la Autoridad Palestina y otros grupos palestinos, ya que Jerusalén Este se encuentra ocupada desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
Defensa de Israel y crítica al «terrorismo»
En su discurso, Milei también se pronunció sobre el conflicto israelo-palestino, cuestionando cómo «el mundo libre permite» que Hamás, «una organización salvaje y terrorista», siga «teniendo secuestrados a civiles inocentes». Calificó el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 como «la agresión más aberrante de los últimos 80 años», y criticó a la comunidad internacional por dejarse «manipular» por la «propaganda terrorista» de la milicia palestina.
Asimismo, Milei denunció el resurgimiento del antisemitismo en el mundo contemporáneo, afirmando que «urge que la comunidad internacional se reencuentre con su brújula moral» y decida estar «del lado del terror o del lado de la libertad».
Posición de la comunidad internacional
La decisión de trasladar la embajada argentina a Jerusalén Occidental se produce en un contexto en el que la mayoría de la comunidad internacional, con contadas excepciones como Estados Unidos, no reconoce a Jerusalén como la capital unificada de Israel. La solución de dos Estados contempla un Estado palestino en las fronteras de 1967, con Jerusalén como capital compartida entre ambos países.
Sin embargo, Milei parece decidido a ignorar esta posición mayoritaria y alinearse con la visión israelí, profundizando así la controversia geopolítica en torno al estatus de Jerusalén.
¿Qué implicaciones tendrá esta decisión?
El anuncio de Milei plantea importantes interrogantes sobre las repercusiones que este traslado de la embajada argentina a Jerusalén Occidental podría tener en las relaciones internacionales de Argentina, así como en el delicado equilibrio del conflicto israelo-palestino. ¿Cómo responderá la comunidad internacional a este desafío a la posición mayoritaria? ¿Qué efectos tendrá en la política exterior argentina y en su imagen global?
