
Un terrible tiroteo ha sacudido a la ciudad de Graz, Austria, dejando un saldo de 10 personas fallecidas y alrededor de 28 heridos, algunos de ellos en estado crítico. El ataque ocurrió en un centro escolar de la localidad, donde un individuo abrió fuego contra estudiantes y personal docente.
Según las autoridades, 8 alumnos, 1 adulto y el presunto agresor perdieron la vida en este trágico incidente. La policía local indicó que el edificio fue evacuado y se está realizando un registro exhaustivo para descartar otros riesgos.
Lamentablemente, este hecho se suma a una larga lista de tragedias en centros educativos europeos en los últimos años. Desde el tiroteo en Dunblane, Escocia, en 1996 que dejó 16 niños y 1 maestra muertos, hasta el ataque en Kerch, Crimea, en 2018 con 20 víctimas fatales, la violencia ha golpeado repetidamente a las comunidades escolares del continente.
Una ola de violencia en las aulas
En 2002, un joven mató a 16 personas y luego se suicidó en venganza por su expulsión de un instituto en Erfurt, Alemania. Dos años después, en Tuusula, Finlandia, un estudiante asesinó a 8 personas y se quitó la vida.
Otros ataques destacados incluyen el de Kauhajoki, Finlandia, en 2008, donde un alumno mató a 9 compañeros y 1 profesor; y el de Moscú, Rusia, en 2014, donde un estudiante asesinó a su profesor de geografía y a un policía, además de secuestrar a 24 alumnos.
Más recientemente, en 2023, un menor de 14 años perpetró un tiroteo en una escuela de Belgrado, Serbia, dejando 9 muertos y varios heridos. Según las investigaciones, el joven había planeado el ataque durante un mes.
Buscando respuestas y prevención
Estas tragedias han generado un profundo impacto en las comunidades afectadas y han puesto en el centro del debate la necesidad de abordar los problemas de seguridad y salud mental en los centros educativos.
Debemos trabajar de manera integral para identificar y atender a tiempo las señales de alerta, brindar apoyo psicológico a los estudiantes y fortalecer los protocolos de seguridad en las escuelas, señaló un experto en seguridad escolar.
Autoridades y expertos coinciden en que es fundamental implementar medidas preventivas que eviten que estos hechos vuelvan a ocurrir y que permitan a los estudiantes y docentes sentirse seguros en sus aulas.
La comunidad educativa de Graz y de toda Europa se encuentra conmocionada ante esta nueva tragedia. Ahora, el desafío es encontrar soluciones duraderas que protejan a los más vulnerables y eviten que el dolor se repita en las escuelas.