La fiebre por los bebés «reborn» ha sacudido a Brasil, desatando una intensa discusión en torno a estos muñecos hiperrealistas que parecen recién nacidos. Confeccionados artesanalmente con silicona o vinilo, estos muñecos pueden llegar a costar desde cientos hasta miles de dólares y muestran un asombroso nivel de detalle, con venitas, lágrimas, saliva e incluso la capacidad de mamar y hacer pipí.
Pero, ¿quiénes son los que se fascinan por estos «bebés reborn»? Desde madres que están pasando por la pérdida de un hijo, hasta abogados que los utilizan en representaciones judiciales, pasando por personas que los usan en películas y programas de televisión, o simplemente por coleccionismo. La joven youtuber Gabi Reborn, por ejemplo, tiene 22 muñecos a los que da de comer, baña y cuida cuando enferman, compartiendo sus rutinas de «mamá» con sus 1,3 millones de seguidores.
La Polémica en Torno a los Bebés «Reborn»
La actual polémica en Brasil comenzó con un encuentro de coleccionistas de bebés «reborn» en un parque de Sao Paulo, donde se viralizaron videos de una representación de un parto «reborn», con la extracción de uno de estos muñecos de una «bolsa amniótica» y cordón umbilical incluido. Desde entonces, este universo desconocido para la mayoría quedó en el ojo público, dividiendo a la sociedad entre quienes lo consideran un pasatiempo inofensivo y quienes lo ven como un comportamiento preocupante.
La psicóloga Viviane Cunha señala que coleccionar estas réplicas como hobby es completamente normal, pero se considera un trastorno cuando hay perjuicios sociales, emocionales o económicos.
Por ejemplo, si la persona falta al trabajo porque «el bebé tiene fiebre» y se lo cree, entonces necesitaría ayuda profesional.
Por su parte, la youtuber Gabi Reborn denuncia una polémica de sesgo sexista, argumentando que se normalizan los hobbies masculinos, pero cuando las mujeres cuidan de sus muñecos, la gente piensa que están enfermas.
La Respuesta Legislativa en Brasil
La controversia en torno a los bebés «reborn» ha llegado incluso al ámbito legislativo en Brasil. Varios proyectos proponen desde ofrecer ayuda psicológica hasta sancionar a quienes traten de utilizar a estos muñecos para obtener, por ejemplo, una atención preferencial en los servicios públicos. Incluso, un diputado federal se presentó en el Congreso cargando una muñeca a la que llamó su «nieta», afirmando que jugar con ellas no era «ningún pecado».
Por otro lado, los concejales de Río de Janeiro intentaron crear el insólito «Día de la Cigüeña Reborn», para honrar a quienes fabrican estos bebés hiperrealistas, pero la propuesta fue rechazada por la autoridad.
En resumen, la fiebre por los bebés «reborn» ha desatado una tormenta mediática, social y legislativa en Brasil, planteando interesantes debates sobre la salud mental, el género y la regulación de esta tendencia que parece haber llegado para quedarse.