
Cristina Fernández, la expresidenta argentina (2007-2015), se ha pronunciado enérgicamente contra el Gobierno de Javier Milei y el sistema judicial del país, ante la posibilidad de una sentencia en su contra que la llevaría a prisión. En un acto conmemorativo, Fernández se refirió a sí misma como una «fusilada que vive», afirmando que, de ser encarcelada, eso sería para ella «un certificado de dignidad».
Las especulaciones sobre una posible condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos se desataron luego de que Fernández anunciara su candidatura a legisladora provincial en las próximas elecciones. La dirigente peronista apuntó contra los grupos económicos hegemónicos, el partido judicial y el Gobierno de Milei, al que calificó de «cachivache».
Fernández advirtió que el modelo económico y político del Gobierno de Milei «va a fracasar» y que el Ejecutivo cree que los problemas del país se resolverán «metiéndola presa». Sin embargo, la exmandataria aseguró que, aunque ella esté encarcelada, «la gente va a estar cada día peor» y que el peronismo debe organizarse para ser una alternativa política.
La causa Vialidad, por la que Fernández fue condenada en primera instancia, se remonta a irregularidades en la concesión de obras viales durante su Gobierno. La expresidenta ha apelado el fallo ante la Corte Suprema, a la que definió como «guardia pretoriana del poder económico».
Pese a las adversidades, Fernández se muestra determinada y resiliente, afirmando que, para ella, «estar presa es un certificado de dignidad». Su discurso ha generado el apoyo de numerosos dirigentes peronistas y militantes, quienes se congregaron en la sede del Partido Justicialista para expresar su solidaridad.