
Lee Jae-myung, el candidato del opositor Partido Demócrata (PD) de Corea del Sur, ha ganado las elecciones presidenciales celebradas este martes en el país asiático. Su victoria se produce tras meses de crisis política derivada del intento de imponer la ley marcial por parte del entonces presidente, Yoon Suk Yeol, quien finalmente fue destituido.
Lee se ha hecho con el 49,20% de los apoyos, frente al 41,46% de los respaldos obtenidos por el candidato conservador, Kim Moon Soon, del Partido del Poder Popular (PPP). En su discurso, el nuevo presidente electo prometió «superar la insurrección» y garantizar que no se produzca un «golpe militar», en referencia al intento de Yoon de imponer la ley marcial.
Reconstruyendo la Democracia y la Economía
Lee Jae-myung se ha comprometido a «reactivar la economía y recuperar los medios de vida de la población» una vez confirmado como presidente. Su victoria representa un claro rechazo a las acciones del gobierno anterior y una apuesta por el «candidato del cambio».
«Cumpliré mi misión de crear un mundo donde se restablezca la democracia y se respete la soberanía de pueblo en una república democrática, conviviendo en cooperación», expresó el nuevo mandatario electo.
Fin del ‘Impasse’ Institucional
La victoria de Lee Jae-myung coloca a Corea del Sur en la senda para poner fin al ‘impasse’ institucional provocado por la existencia de un Parlamento de mayoría opositora frente a un presidente de distinto color político. Este escenario había generado una parálisis en la toma de decisiones y la implementación de políticas.
El candidato conservador, Kim Moon Soon, reconoció su derrota y felicitó a Lee por «haber sido elegido» en las urnas, subrayando que el país «ha seguido logrando grandes avances gracias a la fuerza de su pueblo, a pesar de la crisis que enfrentó».
Un Nuevo Capítulo para Corea del Sur
La victoria de Lee Jae-myung, una figura que ha ganado notoriedad durante los últimos años tras ser objeto de un apuñalamiento y salir a la calle para hacer frente al Ejército durante la proclamación de la polémica ley marcial, podría traducirse en un receso de la grave crisis que atraviesa el país.
El nuevo presidente electo ha asegurado que «rendirá tributo a la decisión del pueblo» y que «cumplirá con su responsabilidad y su misión sin faltar a las expectativas de la población». Su triunfo representa una clara señal de que los ciudadanos desean recuperarse de la crisis política y económica que ha afectado a Corea del Sur en los últimos años.