El caso del juez Alonso Arancibia, acusado de grabar a mujeres sin su consentimiento en un gimnasio de Concón, ha sufrido una nueva reprogramación de la audiencia de preparación de juicio oral. Esta es la cuarta vez que se pospone este importante paso procesal, debido a una nueva solicitud de sobreseimiento presentada por la defensa del magistrado.
La Corte de Apelaciones de Valparaíso había rechazado anteriores pedidos de sobreseimiento, argumentando que las víctimas de violencia de género tienen el derecho a ser escuchadas antes de que se tomen decisiones que puedan afectarlas. Sin embargo, la defensa de Arancibia ha insistido en este nuevo requerimiento, lo que ha llevado a que la audiencia de preparación se reprograme para el viernes 11 de julio.
Derechos de las Víctimas y Solicitudes de Sobreseimiento
Según el abogado penalista Felipe González, la constante reprogramación de la audiencia es propia de esta etapa previa al juicio oral, y no existe un límite para los cambios de fecha. No obstante, el fallo de la Corte de Apelaciones establece claramente que es un derecho y garantía de las víctimas de violencia de género que sus testimonios sean escuchados antes de que se tome una decisión que las afecte.
Es un derecho y garantía de las víctimas de casos de violencia de género que sus testimonios sean escuchados en el tribunal antes de que sea tomada una decisión que las afecte.
Más de 100 Archivos Incriminatorios
Las investigaciones han revelado que en el teléfono personal de Arancibia se encontraron más de 100 archivos que involucran a cuatro mujeres diferentes. Esto evidencia la gravedad de los hechos que se le imputan al juez, quien, según su defensa, no arriesgaría una pena efectiva de cárcel debido a su «irreprochable conducta anterior».
Si la audiencia de preparación se lleva a cabo el 11 de julio, se dará paso al juicio oral en contra de Arancibia, donde se conocerán las sanciones que recibirá por los delitos que se le atribuyen.
Buscando Justicia para las Víctimas
Este caso pone de manifiesto la importancia de respetar los derechos de las víctimas de violencia de género y garantizar que sus voces sean escuchadas en el proceso judicial. Mientras la defensa del juez insiste en solicitudes de sobreseimiento, las mujeres afectadas esperan que finalmente se les brinde la oportunidad de ser escuchadas y que se haga justicia.
La lenta evolución de este caso y las constantes reprogramaciones generan preocupación, pero también reflejan la complejidad de los procesos legales y la necesidad de garantizar un debido proceso que proteja los derechos de todas las partes involucradas.
