Maximiliano Mac-Namara, el Prefecto Inspector a cargo del Departamento de Cibercrimen de la Policía de Investigaciones (PDI), presentó su renuncia luego de que se hiciera público un video que lo muestra agrediendo físicamente a una mujer, presuntamente su asistente.
Las imágenes, difundidas por el medio Sabe, muestran a Mac-Namara conversando animadamente con la mujer, para luego perseguirla y propinarle varias nalgadas con su teléfono celular. Según se indica, este incidente habría ocurrido a inicios de 2024, pero no existe denuncia formal al respecto.
Tras la revelación del video, Mac-Namara presentó su renuncia voluntaria al Director General de la PDI, la cual fue aceptada de inmediato. Desde la institución policial se limitaron a señalar que «no hay ninguna denuncia» por este hecho.
Consecuencias de la Agresión
La dimisión de Mac-Namara se produce en medio de un escándalo que sacude a la Policía de Investigaciones, una de las instituciones más respetadas del país. La agresión captada en video ha generado indignación y cuestionamientos sobre la conducta de los altos mandos de la PDI.
Expertos en seguridad y derechos humanos han señalado que este tipo de comportamientos por parte de funcionarios públicos, especialmente de la policía, son inaceptables y deben ser sancionados con todo el rigor de la ley. Algunos han exigido una investigación exhaustiva y transparente sobre el incidente.
Impacto en la Confianza Ciudadana
Más allá de las consecuencias legales, este escándalo también pone en entredicho la imagen y credibilidad de la PDI ante la ciudadanía. Los actos de violencia y abuso de poder por parte de agentes del Estado socavan gravemente la confianza pública, algo fundamental para el adecuado funcionamiento de las instituciones democráticas.
Analistas consideran que la renuncia de Mac-Namara, si bien un primer paso, no es suficiente. Esperan que la PDI tome medidas contundentes para investigar a fondo este incidente y sancionar a los responsables, enviando un mensaje claro de que no se tolerará este tipo de conductas en la institución.
En definitiva, el escándalo que rodea a Maximiliano Mac-Namara y la Policía de Investigaciones plantea importantes desafíos en materia de rendición de cuentas, integridad y respeto a los derechos humanos dentro de las fuerzas de seguridad del país.