En una noche que debería haber sido de diversión y entretenimiento, una tragedia se desató en un casino de Mar del Plata, Argentina. Una mujer de edad avanzada sufrió una descompensación grave mientras jugaba en una de las máquinas tragamonedas y cayó al suelo sin reaccionar. Lo que siguió a continuación es verdaderamente impactante.
Según los informes, los apostadores presentes en el lugar, en lugar de brindar asistencia a la mujer caída, continuaron con sus juegos como si nada hubiera ocurrido. El personal del casino, en lugar de cerrar el establecimiento y atender la emergencia, simplemente cubrió el cuerpo de la mujer con una sábana blanca, dejándolo a la vista de los visitantes.
Fue solo después de aproximadamente 30 minutos que llegó una ambulancia al lugar, pero para entonces ya era demasiado tarde. Los médicos constataron que la mujer había fallecido por causas naturales, sin que hubiera intervención de terceros. La hija de la víctima, profundamente afectada por lo sucedido, descartó que su madre sufriera de ludopatía.
Este incidente ha generado una ola de indignación y cuestionamientos sobre la ética y la responsabilidad de los operadores de casinos. ¿Cómo es posible que en un lugar destinado al entretenimiento y la diversión, se anteponga el juego a la vida humana? La tragedia pone de manifiesto la necesidad urgente de implementar protocolos de seguridad y atención médica adecuados en estos establecimientos, así como de fomentar una cultura de empatía y solidaridad entre los apostadores.
Lamentablemente, este no es un caso aislado. Alrededor del mundo, se han reportado incidentes similares en los que la adicción al juego y la falta de sensibilidad han prevalecido sobre la humanidad. Es imperativo que las autoridades y los operadores de casinos tomen medidas contundentes para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir, y que la sociedad en su conjunto reflexione sobre los valores que deben guiar nuestras acciones en momentos de crisis.