La Iglesia Católica ha tomado una decisión drástica en el caso del presbítero José Antonio Olguín, perteneciente al Obispado de Valparaíso, Chile. Luego de un proceso administrativo iniciado en 2020, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe lo ha encontrado culpable de delitos sexuales y ha decretado su apartamiento perpetuo del ministerio sacerdotal.
Según informó el presbítero Claudio Ortíz, vicario judicial de la Diócesis de Valparaíso, en abril de 2025 se entregó «el mandato de imponer al acusado la pena expiatoria perpetua de restricción del ejercicio del ministerio sacerdotal». Esta decisión se produce 13 años después de que el exseminarista Mauricio Pulgar presentara la denuncia inicial en 2012.
Una Sentencia Insuficiente para las Víctimas
Para Mauricio Pulgar, una de las víctimas de Olguín, la pena impuesta no es suficiente. En sus palabras, el sacerdote debería ser «expulsado al ser un depredador sexual». Pulgar lamenta que durante todos estos años, Olguín haya podido seguir ejerciendo el sacerdocio y abusar de niños, adolescentes y mujeres adultas.
Larga Espera y Proceso Penal Pendiente
Cabe destacar que el presbítero Olguín se encontraba apartado de sus funciones desde el inicio del proceso administrativo en 2020. Ahora, deberá esperar la resolución del proceso penal en su contra, que aún está pendiente.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de que la Iglesia Católica actúe con mayor celeridad y transparencia ante denuncias de abusos sexuales, evitando que los presuntos culpables sigan ejerciendo su ministerio y causando más daño a las víctimas.