Irmã Inah Canabarro, una monja brasileña que dedicó su vida al servicio religioso, se convirtió en la persona más longeva del mundo al alcanzar los 116 años de edad. Su extraordinaria longevidad la convirtió en un símbolo de inspiración y un recordatorio de que la fe, la dedicación y el cuidado de los demás pueden llevar a una vida plena y duradera.
Nacida el 8 de junio de 1908 en la ciudad de San Francisco de Asís, en el estado de Río Grande do Sul, Irmã Inah tuvo una infancia delicada, luchando contra problemas de salud. Sin embargo, su espíritu inquebrantable y su devoción a Dios la llevaron a ingresar a la Congregación de las Hermanas Teresianas a los 16 años, donde encontró su vocación como educadora y secretaria.
Una Vida de Servicio y Dedicación
Durante más de 90 años, Irmã Inah sirvió a su comunidad religiosa con una pasión y entrega inquebrantables. Fue ordenada monja a los 26 años y se destacó por su labor como profesora y secretaria, dejando una huella imborrable en la vida de aquellos a quienes sirvió.
Según su biografía en el sitio LongeviQuest, Irmã Inah atribuyó su longevidad a su profunda fe en Dios. En sus propias palabras, «Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo». Esta conexión espiritual y su dedicación a servir a los demás fueron sin duda los pilares que sostuvieron su extraordinaria longevidad.
Un Legado de Inspiración
En 2018, cuando Irmã Inah tenía cerca de 110 años, recibió la bendición apostólica del papa Francisco, fallecido en 2025 a los 88 años. Este gesto del Sumo Pontífice fue un reconocimiento a la vida de servicio y devoción de esta monja brasileña, que se había convertido en un símbolo de inspiración para muchos.
Tras su fallecimiento en 2024, a la edad de 116 años, Irmã Inah se convirtió en la segunda religiosa más anciana de la historia, superada solo por la francesa Lucile Randon, quien vivió hasta los 118 años. Su legado como la persona más longeva del mundo en ese momento es un testimonio del poder de la fe, la dedicación y el servicio a los demás.
La vida de Irmã Inah Canabarro es una historia de inspiración y un recordatorio de que, con una profunda conexión espiritual y un compromiso inquebrantable con el prójimo, es posible vivir una vida extraordinaria, incluso alcanzando edades que parecen casi imposibles.