Mark Carney, el exgobernador del Banco de Inglaterra, ha liderado una sorprendente victoria de los liberales en las elecciones federales de Canadá, marcando un giro histórico para un partido que enfrentaba una derrota aplastante solo meses antes. Esta victoria se produjo en medio de la tensión comercial con Estados Unidos y la influencia de las políticas arancelarias del presidente Donald Trump.
La campaña estuvo dominada por la incertidumbre económica y geopolítica que enfrentaba Canadá. Trump había anunciado aranceles a los automóviles extranjeros, lo que desencadenó represalias canadienses. Horas antes de los comicios, el mandatario estadounidense incluso amenazó con convertir a Canadá en «el estado número 51». En este contexto, Carney, un novato en política, se presentó como una «mano firme» ante la desestabilización, capitalizando el clima de incertidumbre.
El Colapso Conservador y el Ascenso Liberal
El ascenso liberal de Carney contrasta con el colapso conservador. Bajo el liderazgo de Pierre Poilievre, los conservadores proyectaban un gobierno mayoritario histórico hace un año. Sin embargo, la renuncia de Justin Trudeau en enero y el regreso de Trump redefinieron el panorama político. Para marzo, cuando Carney convocó elecciones anticipadas, los conservadores habían perdido una ventaja de 20 puntos.
«Decir que no tiene precedentes no solo es quedarse corto, sino que minimiza la magnitud del cambio», afirmó la politóloga Lori Williams de la Universidad Mount Royal. Analistas calificaron el giro en la opinión pública como «sísmico», cuestionando el futuro del liderazgo de Poilievre y la capacidad conservadora para unir a sus facciones.
Los Desafíos Económicos y Geopolíticos de Canadá
Canadá enfrenta presiones económicas críticas, con el 80% de sus exportaciones dependiendo de Estados Unidos y los aranceles de Trump ya impactando la confianza de empresas y consumidores. El Banco de Canadá advirtió que una guerra comercial prolongada podría hundir al país en recesión. A esto se suman el estancamiento económico, el encarecimiento de alimentos y la crisis de vivienda para jóvenes.
Carney, de 60 años, enfocó su mensaje en la experiencia técnica, prometiendo renegociar la relación comercial con Estados Unidos, diversificar socios «confiables» y cumplir los compromisos de gasto en defensa de la OTAN para 2030. «La vieja relación con Estados Unidos, basada en integración económica y cooperación militar, ha terminado», sentenció.
El Estilo «Trump» que Alejó a los Indecisos
Por su parte, Poilievre, de 45 años, centró su campaña en criticar el legado de Trudeau, especialmente el impuesto al carbono, que vinculó con la inasequibilidad de la vida. Sin embargo, tras la salida de Trudeau, su narrativa perdió fuerza. «Sé que quieres competir contra Justin Trudeau», le espetó Carney en un debate. «Justin Trudeau no está aquí».
Poilievre minimizó las amenazas de Trump, en parte por el apoyo que el presidente mantiene en su base. Sin embargo, su enfoque en temas como eliminar la «cultura woke» de los militares o recortar ayuda exterior evocó comparaciones con el exmandatario estadounidense. Analistas señalaron que esto restó seriedad a su propuesta en un contexto de crisis, detalló el Washington Post.
En la recta final, los conservadores publicaron anuncios sin mostrar a Poilievre, señal de que su estilo «pugilístico» repelía a sectores clave. Así las cosas, votantes de centroizquierda, tradicionalmente alineados con el Nuevo Partido Democrático o el Bloque Quebequense, optaron por los liberales para bloquear una victoria conservadora.
