La abogada Paula Vial, quien lidera la defensa de la exsenadora Isabel Allende (PS), se refirió a la filtración del «pinchazo» al exjefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda, Miguel Crispi. En dicha conversación, entre Crispi y su madre, la socialista Claudia Serrano, se habla de la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende.
Es en ese contexto que el exasesor acusa supuestas presiones de la exparlamentaria para concretar la compra del inmueble de su padre. Vial replicó la declaración pública de su representada, afirmando que «Miguel Crispi no está diciendo una verdad, es falso lo que él dice«. Agregando que «sus palabras son una falta de respeto hacia la familia Allende. Él genera un conflicto completamente innecesario y que lamentamos mucho, más allá de los cuestionamientos que pueda haber al funcionamiento de la Fiscalía en muchísimos sentidos».
La Verdad detrás de las Acusaciones
Según la abogada, «Isabel Allende no hizo ninguna gestión en relación a la compraventa. La figura que ella utilizó es la de un mandatario, una persona que la representaba formal, oficial y transparentemente. Y eso en nada contradice algo que jamás se ha negado, que por supuesto ella sí estaba informada del proceso».
Vial también aclaró que «este es un proyecto que viene de Presidencia, que se gestiona por las autoridades que corresponden una vez que fue aprobado por el Parlamento en el Presupuesto. Las gestiones las realiza un representante. Entonces, nada de lo que dice Miguel es efectivo. La senadora no tuvo ninguna intervención, y es él quien debe dar explicaciones».
Enlodar el Nombre de los Allende
Respecto a lo dicho por Crispi en su diálogo con su madre, Vial sostuvo que «él tiene que dar las explicaciones, pero acá se enloda el nombre de Isabel y de toda la familia Allende por una pataleta de Miguel Crispi, que se defiende de su propia inoperancia, por la forma en que se lo enrostra a su mamá«.
La abogada defiende firmemente el nombre de la familia Allende, exponiendo la falta de respeto y la falsedad de las declaraciones de Crispi. Queda claro que la exsenadora no tuvo ninguna intervención indebida en el proceso de compra de la casa de su padre, y que es el exasesor presidencial quien debe dar explicaciones sobre sus propias acciones.
