Isabel Allende, la exsenadora destituida tras la fallida venta de la casa de su padre, Salvador Allende, ha salido al paso para emplazar al exjefe de asesores de La Moneda, Miguel Crispi, por sus declaraciones en una conversación filtrada.
Según la transcripción publicada por La Tercera, Crispi habría señalado a su madre, Claudia Serrano, que Allende «llamó hasta al portero del ministerio (de Bienes Nacionales)» y que «hueveando, hueveando, hueveando, que se haga, que se haga así…». Esta interceptación telefónica, ordenada por la Fiscalía en el contexto de la investigación por el caso ProCultura, fue considerada por la Policía de Investigaciones (PDI) como un «hallazgo casual relevante» que podría indicar tráfico de influencias.
La Respuesta de Allende
Allende no se ha quedado callada y ha calificado las palabras de Crispi como «falsas» y una «falta de respeto» a su familia. En un comunicado, la expresidenta del Senado aseguró que no intervino de ninguna manera en la venta de la casa de mi padre
y que seguimos las instrucciones del gobierno
.
Allende exige ahora que Crispi explique sus dichos a la brevedad, buscando restablecer la verdad y limpiar su nombre de las acusaciones vertidas.
Contexto y Perspectivas
Este tenso intercambio se produce en medio de la investigación por el caso ProCultura, en el que se indaga sobre posibles irregularidades en la venta de la casa de Salvador Allende. La filtración de la conversación entre Crispi y su madre ha puesto en el centro de la polémica a la exsenadora, quien ahora busca deslindarse de cualquier responsabilidad.
Más allá de las acusaciones cruzadas, este caso pone de manifiesto la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el manejo de bienes públicos. La ciudadanía espera respuestas claras y una investigación exhaustiva que esclarezca los hechos y determine responsabilidades, si las hubiere.
En este contexto, la reacción de Allende y su exigencia de que Crispi aclare sus dichos adquieren especial relevancia. La exsenadora busca recuperar su credibilidad y evitar que se la vincule injustamente con posibles irregularidades, mientras que Crispi deberá enfrentar las consecuencias de sus declaraciones filtradas.
El desenlace de este caso sin duda seguirá generando interés y debate público, en torno a la transparencia y la rendición de cuentas en el manejo de bienes y recursos del Estado.
