En el Día de la Tierra, es momento de reflexionar sobre nuestro impacto en el planeta y las soluciones que tenemos a nuestro alcance para construir un futuro más sostenible. En este contexto, la lata de aluminio se perfila como un aliado clave para Chile, ofreciendo beneficios ambientales significativos.
La Lata de Aluminio: Un Envase Circular por Excelencia
El aluminio es un material permanente que puede reciclarse infinitas veces sin perder sus propiedades. Esto lo convierte en uno de los materiales más valiosos dentro de la economía circular. Además, la producción de una lata de aluminio reciclada requiere solo el 5% de la energía necesaria para fabricar una nueva, lo que se traduce en una reducción significativa de emisiones de gases de efecto invernadero.
Avanzando hacia Metas de Reciclaje
Según datos de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), la tasa de reciclaje de latas de aluminio en Chile alcanzó el 36% en 2023. Si bien este número representa una mejora, aún queda mucho por hacer. Con la entrada en vigor de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), se abren nuevas oportunidades para que la lata de aluminio se posicione como una opción más sustentable y eficiente, alineada con los objetivos regulatorios del país.
Un Ecosistema Articulado para Cerrar el Círculo
Producir envases reciclables no es suficiente; el verdadero reto está en cerrar el círculo. Para lograrlo, se necesita un ecosistema articulado que involucre a todos los actores clave: productores, marcas, autoridades, gestores de residuos, recicladores y consumidores. Todos deben asumir un rol activo para garantizar que los materiales no solo tengan un segundo uso, sino que nunca se conviertan en residuos.
El Papel de la Industria y los Consumidores
La industria tiene un papel fundamental en liderar este cambio, impulsando la transformación hacia envases verdaderamente circulares. Desde Ball, se reafirma el compromiso de seguir avanzando en esta dirección. Por su parte, los consumidores también juegan un rol crucial, separando correctamente los residuos y apoyando productos con empaques responsables.
Cada lata de aluminio reciclada es una victoria para el planeta. Y cada paso hacia un modelo más sostenible es un legado que vale la pena construir, no solo para Chile, sino para las generaciones futuras.
