Cuando Carla Ochoa abrió las puertas de su hogar en un episodio de La Divina Comida, los espectadores tuvieron la oportunidad de adentrarse en un mundo lleno de simbolismo y significado personal. Más allá de la elegancia y el lujo que caracterizaban su departamento, cada rincón escondía una historia que reflejaba la esencia de esta modelo y emprendedora.
Los Siete Caballos Emocionales
Uno de los elementos que más llamó la atención fue una imponente pintura que dominaba la pared del living. En ella, se podían apreciar siete caballos blancos sobre un fondo celeste. Para Carla, estos animales representan emociones profundas, amor y sensibilidad. Cada uno de los caballos, explicó, simboliza un estado emocional distinto, como la tristeza, la alegría o la ansiedad, reflejando los altibajos de su propia vida.
Animales Simbólicos: Fuerza y Poder
La decoración del living también destacaba por la presencia de otras figuras de animales. En la mesa de centro, una escultura de un gran felino, ya sea una pantera o un jaguar, evocaba conceptos de fuerza y poder que Carla asocia con estos imponentes depredadores. En otro rincón, una colección de elefantes recordaba una experiencia significativa que vivió en el sudeste asiático, donde pudo conectar con la sabiduría y la serenidad que emanan estos majestuosos animales.
El Refugio Personal: El Walking Closet
Uno de los espacios más íntimos que Carla mostró a sus invitados fue su walking closet, donde no solo guardaba su ropa y zapatos, sino también peluches, premios y recuerdos especiales. Entre estos tesoros, se encontraba la corona que usó cuando fue reina de La Pampilla en 2007, así como sus tres Copihues de Oro, los cuales guarda con gran cariño. Además, compartió un reconocimiento que recibió de Mujeres Influyentes, en honor a su trayectoria como emprendedora.
La Vista Panorámica: Un Rincón de Calma
Para cerrar el recorrido, Carla llevó a sus invitados hasta su lugar favorito: el ventanal que ofrecía una vista panorámica de la ciudad. Más allá de la impresionante vista, este espacio representaba para ella un rincón de calma y desconexión, un refugio personal donde podía relajarse y encontrar la serenidad que tanto valora.
A través de cada elemento de su hogar, Carla Ochoa reveló una parte de su mundo interior, donde los animales y los recuerdos se entrelazaban para crear un espacio único y lleno de significado. Su departamento se convirtió en un reflejo de su sensibilidad, su fortaleza y su trayectoria como mujer empoderada y exitosa.
