La administración Trump ha implementado una serie de nuevos aranceles en un intento por corregir los desequilibrios comerciales de Estados Unidos con China y otros países. Estos «aranceles recíprocos» entraron en vigor el 4 de abril, imponiendo gravámenes adicionales de hasta el 50% sobre las importaciones de más de un centenar de países.
Entre los países más afectados se encuentran varios de Asia, como Vietnam, Taiwán, India, Corea del Sur y Japón, que dependen en gran medida de sus exportaciones. Estos países han mostrado disposición a negociar la eliminación de las barreras comerciales que Washington considera injustas.
El caso de China, la segunda economía mundial y mayor potencia exportadora, es diferente. Cuando Trump anunció que la tasa «recíproca» total para China sería del 34%, Pekín respondió con aranceles del 34% a las importaciones estadounidenses. Esto llevó a Trump a anunciar que añadiría otro 50% de gravámenes adicionales si China no daba marcha atrás.
Ante esta peligrosa escalada de la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, Trump aseguró que Pekín quiere un acuerdo sobre aranceles «desesperadamente», pero consideró que no sabe «cómo empezar» a negociar. La Casa Blanca espera la llamada del presidente chino, Xi Jinping, para iniciar las negociaciones.
Además, el futuro de la aplicación TikTok en EE.UU. también se ha visto envuelto en esta disputa comercial. El gobierno de Trump exige que la plataforma se desvinculé de su matriz china, ByteDance, para poder operar en territorio estadounidense, en aras de la «seguridad nacional».
En resumen, la administración Trump está aplicando una estrategia de aranceles recíprocos para intentar corregir los desequilibrios comerciales de Estados Unidos, lo que ha desencadenado una escalada de la guerra comercial global con importantes repercusiones económicas y geopolíticas.