Nicolás Jarry, el talentoso tenista chileno, ha tenido un camino lleno de altibajos en su carrera. Tras su suspensión por doping, Jarry se enfrentó a un gran reto para volver a la élite del circuito ATP. En este contexto, su exentrenador, Juan Ozón, ha revelado por primera vez los detalles de su trabajo con el deportista y los desafíos que tuvieron que superar juntos.
Ozón, un preparador español, recordó que cuando comenzó a trabajar con Jarry, este «venía de estar parado mucho tiempo» y entendió que «le costaba poder jugar, entrar en pista». Sin embargo, el entrenador tenía claro en qué aspectos debían enfocar su trabajo: «Lo más importante era su bienestar, trabajamos la salud física, la mental y la espiritual».
«Había mucho ruido en su cabeza y alrededores, de él se decía que era muy talentoso, que no estaba donde debía estar. Fue un trabajo duro», explicó Ozón, refiriéndose a la presión y las expectativas que rodeaban a Jarry en su regreso a las canchas.
Enfocándose en el Desarrollo Integral
Según el entrenador, el trabajo con Jarry se centró en abordar no solo los aspectos físicos, sino también los mentales y espirituales. «Trabajamos la salud física, la mental y la espiritual», afirmó Ozón, destacando la importancia de este enfoque integral para lograr el éxito del tenista.
A pesar de los desafíos, Ozón se mostró 100% satisfecho con el trabajo realizado, aunque reconoció que aún quedaban «mejores cosas por venir» y que Jarry tenía el potencial para alcanzar un nivel aún más alto.
Proyectando el Futuro de Nicolás Jarry
El entrenador español expresó su convicción de que Jarry «puede ser un Top 20 mantenido, con picos de Top 15 y más arriba«, pero enfatizó que para ello «hay que trabajar» y que él siempre vio ese potencial en el tenista chileno.
La separación entre Ozón y Jarry, a finales de 2023, parece haber sido una decisión mutua, con el entrenador señalando que «los proyectos deportivos parecía que no se encontraban con esta ambición que tenía yo». Sin embargo, queda claro que el trabajo realizado durante esos tres años fue fundamental para que Jarry pudiera volver a la élite del tenis y seguir desarrollando su enorme talento.
