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La Asistencia Sexual: Rompiendo Tabúes y Empoderando a Personas con Discapacidad

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La Asistencia Sexual: Rompiendo Tabúes y Empoderando a Personas con Discapacidad

La asistencia sexual es un servicio que permite a las personas con discapacidad explorar y disfrutar de su sexualidad de manera autónoma. Aunque controversial para algunos, este servicio está cambiando vidas al empoderar a quienes han sido marginados de la esfera íntima.

Historias como la de Mark O’Brien, un escritor paralizado por la polio, inspiraron películas que visibilizan la lucha de las personas con discapacidad por su derecho al placer. Pero la realidad es que, en muchos países, la satisfacción sexual sigue siendo un tabú para este colectivo.

Rompiendo Barreras: La Asistencia Sexual en Acción

Según Mon García, asistente sexual y pedagoga, este servicio permite a las personas con «diversidad funcional» acceder a su propio cuerpo mediante la masturbación asistida. Algo tan básico como el autoconocimiento corporal se vuelve un reto cuando se depende de otros para moverse.

Testimonios como el de Antonio Centeno, quien usa este servicio desde los 54 años, y el de Ánxela López Leiceaga, quien lo descubrió a los 30, muestran cómo la asistencia sexual les ha permitido explorar y disfrutar de su sexualidad de forma segura y confortable.

Debates y Perspectivas: ¿Trabajo Sexual o Emancipación?

Mientras algunos defienden la asistencia sexual como un derecho y una herramienta de empoderamiento, otros la acusan de ser una forma de «explotación sexual». Erika Bastide, del Movimiento Feminista Abolicionista, considera que quienes prestan este servicio son «víctimas» de «puteros».

Sin embargo, Antonio Centeno argumenta que esta visión es incompatible con la realidad de quienes dependen de este servicio para tener una vida sexual plena. Recalca que se trata de un «intercambio razonablemente libre» de placer a cambio de dinero.

Hacia una Sociedad más Inclusiva

Si bien pocos países regulan la asistencia sexual, ejemplos como Dinamarca demuestran que es posible. En Chile, el debate aún no ha alcanzado la misma visibilidad, pero iniciativas gubernamentales como las del Senadis buscan promover la sexualidad integral de las personas con discapacidad.

La asistencia sexual es un servicio que, más allá de las controversias, está transformando la vida de quienes han sido marginados de la esfera íntima. Al empoderar a las personas con diversidad funcional, esta práctica desafía tabúes y abre camino hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de los derechos sexuales de todos.

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