A finales de 2024, los medios europeos más prestigiosos se hicieron eco de un nuevo libro que prometía reflexiones profundas sobre los conflictos generados por la Inteligencia Artificial (IA). Titulado Teoría de la Hipnocracia, la obra fue atribuida a un supuesto filósofo de Hong Kong llamado Jianwei Xun. Sin embargo, una investigación posterior reveló que este autor no existía y que el libro había sido co-creado por un escritor italiano, Andrea Colamedici, con la ayuda de sistemas de IA.
Este descubrimiento ha abierto un intenso debate sobre el futuro de la filosofía y la creatividad en la era de la Inteligencia Artificial. ¿Qué importa que hayan sido escritas por Inteligencia Artificial? ¿O, como en este caso, fueron co-creados con IA? ¿Podría este modelo abrir camino a una nueva manera de hacer filosofía?, se preguntó el director de la revista italiana L’Espresso, Emilio Carelli.
Más allá de la Autoría Tradicional
El caso de Teoría de la Hipnocracia pone de manifiesto cómo la IA está desafiando los límites de la autoría y la creatividad. Colamedici, el verdadero autor, reconoció que la obra surgió de una «interacción colaborativa entre la inteligencia humana y los sistemas de inteligencia artificial». Es decir, la IA no solo sirvió como una herramienta de apoyo, sino que participó activamente en el proceso creativo.
Esto plantea interrogantes fascinantes sobre el futuro de la filosofía y la producción de conocimiento. Si las ideas y argumentos de un libro pueden ser co-creados por humanos y máquinas, ¿cómo debemos entender la autoría y la originalidad? ¿Pueden los sistemas de IA llegar a ser verdaderos «filósofos» capaces de generar pensamientos y teorías innovadoras?
Aprendiendo a Pensar con la IA
Para Carelli, el «exitoso experimento de Hipnocracia» demuestra que podemos tener una relación activa y de aprendizaje con la Inteligencia Artificial. Podemos utilizarla para aprender a pensar, afirmó, sugiriendo que la colaboración entre humanos y máquinas podría abrir nuevos horizontes para la filosofía y el conocimiento.
Más allá de las implicaciones éticas y legales, este caso invita a reflexionar sobre cómo la IA está transformando la forma en que concebimos la creatividad y la autoría. A medida que los sistemas de inteligencia artificial se vuelven más sofisticados, es probable que veamos más ejemplos de obras co-creadas que desafíen nuestras nociones tradicionales sobre la producción de ideas y conocimiento.