Anthony, un adolescente de 15 años, se convirtió en un héroe cuando usó sus conocimientos de reanimación cardiopulmonar (RCP) para salvar la vida de su padrastro, Michael Reese, en un momento crítico.
Todo comenzó una noche de marzo, cuando la madre de Anthony, Jennifer Killinger-Reese, se despertó por los ladridos insistentes de los perros de la familia. Al bajar las escaleras, se encontró con su esposo tendido al pie de la escalera, sin pulso. Fue entonces cuando Anthony entró en acción.
Gracias a que había aprendido RCP en la escuela el año anterior, Anthony rápidamente revisó el pulso de su padrastro y, al confirmar que no tenía, comenzó a aplicarle las maniobras de reanimación al ritmo de la canción «Stayin’ Alive» de Bee Gees. Durante ocho minutos, Anthony mantuvo el corazón de Michael latiendo hasta que llegaron los equipos de emergencia.
La familia Reese tiene antecedentes de problemas cardíacos. De hecho, el padre de Michael, Carl Reese, un oficial de policía de Buffalo, murió de un infarto poco después de trabajar durante 25 horas seguidas durante una tormenta de nieve en 1977, ayudando a personas varadas.
Gracias a la rápida acción de Anthony, Michael no solo sobrevivió, sino que también evitó daños cerebrales graves. Los médicos del Hospital General de Buffalo quedaron sorprendidos por su recuperación, atribuyéndola a la intervención oportuna de su hijastro.
La familia Reese está profundamente agradecida con Anthony, la policía, los equipos médicos, la profesora que le enseñó RCP y Damar Hamlin, el jugador de fútbol americano que inspiró el programa de capacitación en su escuela. Anthony incluso envió un mensaje de agradecimiento a Hamlin, reconociendo su papel en difundir estas valiosas habilidades.
Esta historia es un recordatorio del poder de la educación y la importancia de estar preparado para actuar rápidamente en situaciones de emergencia. Gracias a Anthony, una tragedia se convirtió en un milagro, y su padrastro Michael pudo volver a casa con su familia.