Las Zonas de Tránsito Calmado (ZTC) son una solución efectiva para abordar los problemas de seguridad vial en áreas residenciales y comerciales. Estas zonas, definidas por ley, establecen límites de velocidad más bajos con el fin de proteger a peatones, especialmente a niños que juegan en las calles. Sin embargo, implementarlas no siempre es sencillo, como lo demuestra el incidente viral ocurrido en Peñaflor.
Entendiendo las Zonas de Tránsito Calmado
La Ley de Convivencia Vial de 2018 introdujo las ZTC en Chile. Estas áreas geográficas urbanas tienen límites de velocidad de 40, 30 o 20 km/h, inferiores a los establecidos normalmente. Las municipalidades pueden declarar una calle o conjunto de vías como ZTC, previa evaluación y aprobación del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.
Además, la ley permite a los municipios aumentar o disminuir los límites de velocidad en casos excepcionales, cuando existan razones fundadas y un estudio técnico que lo justifique. Esto puede aplicarse en zonas residenciales o con alta concentración comercial y de servicios.
Solicitando una Zona de Tránsito Calmado
El primer paso es que los vecinos identifiquen una necesidad de seguridad vial en su barrio, como la falta de reductores de velocidad o cruces peatonales cerca de áreas de juego infantil. Luego deben organizarse y presentar una solicitud formal a su municipalidad, Dirección de Tránsito u Oficina de Movilidad.
La municipalidad deberá realizar un estudio técnico que evalúe la factibilidad de implementar una ZTC. Este informe será remitido a la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones para su aprobación final.
Es importante destacar que, mientras se tramita la solicitud, los vecinos no deben colocar señales o elementos en la vía pública, ya que esto podría entorpecer el tránsito y ser considerado ilegal según la Ley de Tránsito.
Evitando Conflictos con Conductores
El caso de Peñaflor muestra cómo la falta de una ZTC o reductores de velocidad puede generar tensiones entre vecinos y automovilistas. Para evitar estos incidentes, es crucial que la comunidad mantenga una comunicación fluida con la municipalidad y siga los procedimientos establecidos.
«Hemos adquirido el compromiso con quienes lideran la comunidad y que han hecho este grito de auxilio para poder ver la factibilidad de un reductor de velocidad»
, afirmó el alcalde de Peñaflor, Rodrigo Cornejo.
Asimismo, es importante que los vecinos eviten tomar acciones unilaterales, como colocar señales o elementos en la vía pública, ya que esto podría generar conflictos legales y de convivencia.
Conclusión: Trabajando Juntos por Comunidades más Seguras
Las Zonas de Tránsito Calmado son una herramienta valiosa para mejorar la seguridad vial en áreas residenciales y comerciales. Sin embargo, su implementación requiere de un proceso formal y la colaboración entre vecinos y autoridades municipales. Siguiendo los pasos adecuados y manteniendo una comunicación abierta, las comunidades pueden lograr que sus calles sean más seguras y amigables para todos, especialmente para los niños.