En un sorprendente giro de los acontecimientos, la Policía turca ha detenido al alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, en el marco de una investigación judicial por presunta corrupción y vínculos con grupos terroristas. Imamoglu, un destacado político socialdemócrata, ganó la alcaldía de la ciudad en 2019 y renovó su mandato en 2023, convirtiéndose en un rival potencial del presidente Erdogan para las próximas elecciones presidenciales.
Según las autoridades, la detención de Imamoglu y varios de sus colaboradores se debe a acusaciones de corrupción, soborno y manipulación de licitaciones, así como a supuestos vínculos con el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda proscrita en Turquía. La Fiscalía alega que el alcalde habría sido el «cabeza de una organización criminal con ánimo de lucro».
Estrategia de «Consenso Urbano»
Antes de las elecciones municipales de 2023, el CHP (partido de Imamoglu) y el partido de izquierda kurdo DEM lanzaron una iniciativa llamada «Consenso Urbano». Mediante esta estrategia, figuras cercanas al DEM se presentaron en las listas del CHP, mientras que muchos votantes habituales del DEM respaldaron a la formación socialdemócrata, que así se convirtió en el partido más votado en Turquía.
Las autoridades acusan a Imamoglu de utilizar esta estrategia para establecer vínculos con el PKK y obtener beneficios electorales. Sin embargo, el CHP niega rotundamente estas acusaciones y afirma que se trata de una maniobra política para eliminar a un rival incómodo de Erdogan.
Golpe a las aspiraciones presidenciales
La detención de Imamoglu llega en un momento crucial, justo cuando el CHP había convocado primarias para designar a su candidato presidencial, dando por hecho que sería el propio alcalde de Estambul. Además, la Universidad de Estambul anuló recientemente el título universitario de Imamoglu, lo cual podría bloquear su candidatura, ya que tener formación universitaria es un requisito obligatorio para ser presidente en Turquía.
Este golpe a las aspiraciones políticas de Imamoglu ha generado una fuerte reacción de la oposición y de la sociedad civil, que denuncian un ataque a la democracia y al Estado de derecho. Sin embargo, el gobierno de Erdogan parece decidido a eliminar a uno de sus principales rivales políticos antes de las próximas elecciones presidenciales.
