Marco Evaristti, un artista y arquitecto chileno de 62 años, se ha convertido en el centro de atención por su reciente exposición «And Now You Care» («Y ahora te importa») en Copenhague, Dinamarca. La instalación buscaba generar conciencia sobre las prácticas de la industria cárnica en el país nórdico, utilizando a tres cerdos vivos como parte de la obra.
Evaristti, conocido por sus obras que abordan temas políticos y sociales, explica que su objetivo es «dar transparencia» a asuntos que deben importarle a la sociedad, incluso si eso implica métodos controvertidos. «La única manera de abrir los ojos de la gente es hacer cosas que provoquen un efecto de choque», afirma.
Sacrificio por una Causa Mayor
La exposición de Evaristti generó una gran polémica cuando el grupo de defensa animal «De Glemte Danske» robó a los tres cerdos para liberarlos. El artista había planeado no darles comida ni agua a los animales, lo que habría provocado su muerte.
«Estaba dispuesto a sacrificar a tres animales para salvar a 28 mil cerdos que mueren a diario», explica Evaristti. Según él, la producción porcina en Dinamarca es demasiado eficiente, lo que lleva a que las cerdas no tengan suficiente leche para alimentar a todas sus crías. «Por una cerdita, hay ocho crías. En Dinamarca, al menos, se entregan 22 cerditos. Por esta razón, las cerdas no tienen suficiente teta, para alimentar a tantos animales», señala.
Enfrentando la Controversia
Evaristti reconoce que su obra ha sido malinterpretada y criticada, pero afirma que lo importante es que su mensaje se difunda. «Todas mis obras son malinterpretadas al comienzo, pero al final, siempre se entiende el mensaje que estoy enviando», comenta.
El artista chileno considera que su trabajo es una forma de «representar la verdad con cosas verdaderas», citando la famosa frase de Pablo Picasso: «El arte es una mentira que nos acerca a la verdad». Evaristti cree que al utilizar materiales de la vida cotidiana, como los cerdos, logra acercar más al público a su mensaje.
Buscando el Cambio a Través del Arte
A pesar de la controversia, Evaristti se muestra optimista sobre el impacto que su obra ha tenido a nivel internacional. «Si yo no me hubiera puesto estos tres lechones vivos en mi exhibición, ningún periodista habría escrito sobre mi trabajo. Entonces es una táctica estética y tan bien ética», afirma.
El artista espera que su exposición pueda servir para que se trate a los animales de «una forma más humana» en la industria cárnica danesa. «Lo más importante para mí es poder dirigirme a la gente, para que hagan un tipo de boicot y no compren el bacon o la carne de cerdo, que es importada desde Dinamarca», concluye.