Francisco cumple 12 años al frente del Vaticano, un período marcado por una ambiciosa agenda de reformas que han transformado la Iglesia Católica. Desde su llegada al trono de Pedro en 2013, el pontífice argentino ha centrado sus esfuerzos en hacer de la Iglesia una institución más transparente, efectiva y cercana a los pobres.
Empoderamiento Femenino y Reforma Económica
Uno de los principales logros de Francisco ha sido impulsar una mayor presencia de las mujeres en puestos de liderazgo dentro de la Iglesia. Nombró a la religiosa Raffaella Petrini como la primera mujer presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, y a Simona Brambilla como prefecta (ministra) del dicasterio de los Institutos de Vida Consagrada, un cargo tradicionalmente reservado a cardenales.
Además, Francisco emprendió una reforma integral de la gestión financiera del Vaticano, creando la Secretaría de Economía para dar mayor transparencia y control a las cuentas, que ahora son públicas. Esto puso fin a las irregularidades que habían caracterizado la administración de los recursos en el pasado.
Lucha Contra la Pederastia y Descentralización del Poder
Desde el inicio de su pontificado, Francisco hizo de la lucha contra la pederastia una de sus principales prioridades. Creó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y exigió a las diócesis de todo el mundo que se ocuparan de este problema, aunque con resultados desiguales.
Asimismo, el papa impulsó una reforma de la administración vaticana a través de la nueva Constitución «Praedicate Evangelium», que descentralizó el poder y dio mayor representación a países de Asia y África, reduciendo el predominio de Europa e Italia en el Colegio Cardenalicio.
Resistencias y Desafíos Futuros
Los cambios impulsados por Francisco han generado resistencias en sectores más ultraconservadores de la Iglesia, que podrían intentar frenar las reformas en el próximo cónclave. La incertidumbre radica en saber si el próximo papa mantendrá el espíritu reformista o si se producirá un retroceso hacia posturas más tradicionales.
A sus 88 años y con problemas de salud, Francisco se recupera en el hospital, mientras el mundo observa con atención el futuro de la Iglesia Católica bajo su legado.
