En un sorprendente giro de los acontecimientos, la Corte Suprema ha acogido el recurso de amparo presentado por Felipe Padilla, el conductor que fue sorprendido el año pasado cruzando el puente Llacolén, que une Concepción y San Pedro de la Paz, a una velocidad de 231 kilómetros por hora.
Según la argumentación de la abogada defensora, María Francisca González, la causa por manejo a una velocidad excesiva podría estar prescrita, lo que abriría la posibilidad de que Padilla sea sobreseído. La Suprema ha dejado esta decisión en manos del Juzgado de Garantía de San Pedro de la Paz, aunque la abogada esperaba que su cliente fuera directamente absuelto.
Cabe recordar que la Fiscalía había ofrecido suspender el proceso judicial contra Padilla, un piloto de rally, con la condición de que donara 200 mil pesos a Bomberos. Sin embargo, ahora deberá reevaluar los pasos a seguir, ya que el caso, a pesar de la gravedad denunciada por el Ministerio de Transportes, podría quedar sin sanción.
Este caso pone de manifiesto la complejidad del sistema judicial y las posibles brechas que pueden ser aprovechadas por los infractores para evadir las consecuencias de sus acciones. Mientras las autoridades buscan formas de endurecer las sanciones y garantizar el cumplimiento de las leyes de tránsito, este episodio resalta la necesidad de una mayor vigilancia y un sistema más eficiente para prevenir y sancionar este tipo de conductas peligrosas en las carreteras.
