La madrugada del 8 de marzo, un campo de golf escocés propiedad de Donald Trump amaneció vandalizado. Se trata del complejo turístico Trump Turnberry, que además de canchas de golf, cuenta con habitaciones y spa.
Según las fotografías divulgadas por la organización activista pro Palestina Palestine Action, se observan manchas de pintura en uno de los edificios principales, faroles destrozados e incluso la frase Gaza is not 4 sale (Gaza no está a la venta) pintada sobre el césped.
Respuesta a los Planes de Trump para Gaza
Palestine Action declaró que este acto fue «una respuesta directa a la intención declarada de la administración estadounidense de realizar una limpieza étnica en Gaza». Esto se refiere a las recientes declaraciones del presidente Trump, quien afirmó que Estados Unidos tomaría el control de la Franja de Gaza y se encargaría de desmantelar todas las bombas sin explotar, nivelar el terreno y allanar el área para impulsar un desarrollo económico.
Además, Trump había publicado un video hecho con Inteligencia Artificial que mostraba una Franja de Gaza aparentemente reconstruida, con una gran estatua dorada suya, un balneario con rascacielos, hoteles y mercados para turistas.
Rechazo a la Apropiación de Gaza
Para Palestine Action, estas acciones y declaraciones de Trump demuestran que está tratando a Gaza como si fuera de su propiedad y pudiera disponer de ella a su antojo. Por eso, afirman que le hemos demostrado que su propia propiedad no está a salvo de actos de resistencia.
Un portavoz del campo de golf de Trump calificó el acto vandálico como «un acto infantil y criminal», pero aseguró que el equipo de Trump Turnberry se encargaría de que no afectara el negocio.
Esta acción de Palestine Action es una clara muestra de la resistencia palestina ante los planes de Trump de apropiarse y ‘limpiar’ la Franja de Gaza, dejando un mensaje contundente: Gaza no está a la venta.