
China ha advertido que «no se doblega ante la presión» y ha acusado a Estados Unidos de usar los aranceles como una herramienta política, en medio de una escalada en la guerra comercial entre ambas potencias. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, declaró en rueda de prensa que «China no tolera la hegemonía ni el acoso» y que si EE.UU. «insiste en tácticas de máxima presión contra China, ha elegido al oponente equivocado».
En respuesta a los aranceles del 20% anunciados por Estados Unidos sobre las exportaciones chinas relacionadas con el fentanilo, que entraron en vigor este martes, Pekín anunció su propia respuesta, imponiendo tasas del 15% al 2% a productos agroalimentarios estadounidenses, como la soja, el trigo y el vacuno. Lin criticó la decisión de Washington de aumentar los gravámenes, señalando que «Estados Unidos impone aranceles para desviar la atención de sus propios problemas internos».
Según el vocero, estas medidas «no resolverán los desafíos de EE.UU, sino que dañarán la cooperación bilateral en sectores clave, como la tecnología«. Sin embargo, Pekín sigue apostando por el diálogo, pero subrayó que este debe darse «en condiciones de igualdad, respeto mutuo y beneficio recíproco». Lin agregó que «si EE.UU realmente quiere solucionar sus problemas, debe comprometerse con negociaciones serias».
Esta escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo refleja la creciente tensión geopolítica entre China y Estados Unidos, que se extiende más allá de los asuntos comerciales. Ambos países se enfrentan en una lucha por la supremacía tecnológica, la influencia global y la hegemonía regional, lo que hace que esta disputa sea cada vez más compleja y difícil de resolver.
La Respuesta de China: Firmeza y Determinación
La reacción de China a los nuevos aranceles de EE.UU. muestra su determinación a no ceder ante la presión externa. Pekín ha dejado claro que no tolerará ser tratado como un adversario y que está dispuesto a tomar medidas de represalia para defender sus intereses comerciales y su soberanía nacional.
Al imponer sus propios aranceles a productos agrícolas estadounidenses, China está atacando a uno de los sectores clave de la economía de EE.UU., lo que podría generar un mayor impacto político y económico en Washington. Además, al señalar que la guerra comercial «dañará la cooperación bilateral en sectores clave, como la tecnología», Pekín está advirtiendo a Estados Unidos que esta disputa puede tener consecuencias más amplias.
En este contexto, la insistencia de China en que el diálogo debe darse «en condiciones de igualdad, respeto mutuo y beneficio recíproco» sugiere que Pekín no está dispuesto a ceder a las demandas unilaterales de EE.UU. y que buscará una solución negociada, pero desde una posición de fortaleza.
La Lucha por la Supremacía Global
La guerra comercial entre China y Estados Unidos va más allá de los meros intereses económicos y se enmarca en una lucha más amplia por la supremacía global. Ambos países se disputan la hegemonía tecnológica, la influencia geopolítica y el liderazgo en sectores clave como la inteligencia artificial, la robótica y las energías renovables.
En este sentido, la escalada de tensiones comerciales es solo un reflejo de una rivalidad más profunda que se extiende a múltiples ámbitos. China está decidida a consolidar su posición como potencia global, mientras que EE.UU. busca mantener su dominio en el orden internacional. Esta confrontación tendrá importantes implicaciones para el futuro de la economía mundial y el equilibrio de poder global.
En resumen, la respuesta de China a los nuevos aranceles de EE.UU. muestra su determinación a no ceder ante la presión externa y su disposición a defender sus intereses comerciales y su soberanía nacional. Esta escalada en la guerra comercial refleja una lucha más amplia por la supremacía global entre las dos mayores economías del mundo, con importantes consecuencias para el futuro de la economía mundial y el equilibrio de poder internacional.