En un devastador golpe a la riqueza natural de la región de Ñuble, un incendio forestal ha consumido cerca de 2.000 hectáreas en la precordillera, una zona protegida por la UNESCO que alberga una valiosa fauna y flora endémica. Este siniestro, conocido como el incendio San Patricio, lleva más de tres semanas activo, manteniendo en Alerta Roja a las comunas de Coihueco y Pinto.
El fuego se originó hace tres semanas en el Fundo Peumayén, una propiedad privada que forma parte del Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja, un área protegida que es hogar de la población más septentrional de huemules en el mundo. Lucas Pimentel, director de Jungla Peumayen, ha expresado su preocupación por la falta de coordinación y la poca atención que han recibido de las autoridades, a pesar de los esfuerzos heroicos de los equipos de bomberos y brigadistas que trabajan incansablemente día y noche.
Según el último reporte de Senapred, 1.931 hectáreas han sido consumidas por este devastador incendio, que ha movilizado a 18 brigadas de CONAF, 10 técnicos de la institución, 15 aeronaves, 1 ambulancia y 1 puesto de comando, entre otros recursos. Sin embargo, la diputada Marta Bravo ha solicitado al Gobierno acciones inmediatas, calificando esta situación como una catástrofe ecológica.
«Si bien el trabajo que se realiza con luz de día ha sido excepcional, por las noches es cuando el miedo aparece y que falta más coordinación. Las expectativas entregadas, la información cruzada y la poca escucha por parte de las autoridades también es una barrera.» – Lucas Pimentel, Director de Jungla Peumayen.
La lucha por controlar este incendio forestal se ha convertido en una carrera contrarreloj para salvar la invaluable biodiversidad de la región de Ñuble, una tarea que exige una respuesta urgente y coordinada de las autoridades para evitar una pérdida irreparable de este tesoro natural.