Una inesperada tensión ha surgido entre Noruega y Estados Unidos, con una empresa noruega de combustibles marinos amenazando con dejar sin hidrocarburos a los navíos de guerra estadounidenses. Haltbakk Bunkers, una importante proveedora de combustible, ha anunciado su negativa a abastecer a los buques de guerra de EE.UU., citando la actitud del presidente Donald Trump y el vicepresidente JD Vance durante una reciente reunión con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
El dueño de Haltbakk Bunkers, Gunnar Gran, calificó la reunión en el Despacho Oval como «el mayor circo de mierda jamás ofrecido en la televisión». Esta declaración provocó una rápida reacción del ministro de Defensa de Noruega, Tore O. Sandvik, quien reafirmó el compromiso de cooperación en defensa entre ambos países.
Gobierno Noruego se Deslinda de la Decisión
En un comunicado de prensa, el ministro Sandvik dejó claro que «Estados Unidos y Noruega mantienen una muy cercana y fuerte cooperación en defensa» y que «las fuerzas estadounidenses seguirán recibiendo asistencia y apoyo que requieren de Noruega». Además, señaló que «la negativa de Haltbakk Bunkers no está alineada con la posición del Gobierno de Noruega».
Esta situación se produce en un momento en que la opinión pública noruega cuestiona la capacidad de su país para defenderse en caso de un ataque militar. Según una encuesta reciente, el 60% de los noruegos no confía en la capacidad de Noruega para defenderse, y uno de cada seis cree que habrá una guerra en su país en los próximos cinco años.
Implicaciones Geopolíticas y de Seguridad
La decisión de Haltbakk Bunkers de negar el suministro de combustible a los buques de guerra estadounidenses tiene implicaciones geopolíticas y de seguridad que van más allá de la disputa entre la empresa y el gobierno de EE.UU. Esta acción pone en riesgo la estrecha cooperación militar entre Noruega y Estados Unidos, que ha sido fundamental para la defensa y seguridad de la región nórdica.
Además, la creciente desconfianza de la población noruega en la capacidad de su país para defenderse plantea interrogantes sobre la estabilidad y la preparación de Noruega ante posibles amenazas externas. Este escenario podría tener repercusiones en la seguridad de toda la región y en las relaciones entre Noruega, Estados Unidos y otros aliados de la OTAN.
En resumen, la decisión de Haltbakk Bunkers de negar el suministro de combustible a los buques de guerra estadounidenses ha desencadenado una crisis diplomática y de seguridad entre Noruega y Estados Unidos, con implicaciones que van más allá de las fronteras noruegas.
