Después de meses de espera, el Tribunal Oral de Cañete, en la región del Bío Bío, ha confirmado el inicio del juicio por el caso de la trágica muerte del pequeño Tomás Bravo para el próximo 3 de marzo. Esta audiencia se llevará a cabo de manera híbrida, con algunos intervinientes presentes en el juzgado y otros participando de forma remota, incluyendo a los propios jueces.
Según lo señalado por la defensora penal Nelly Díaz, parte del equipo legal que representa al único acusado en este caso, Jorge Escobar Escobar, el tío abuelo del menor fallecido, también comparecerá ante el tribunal. Escobar enfrenta un posible castigo de hasta 10 años de cárcel si es declarado culpable del delito de abandono de menor con resultado de muerte.
Además, el tribunal ha informado sobre la renuncia de la organización Amparo y Justicia al caso, lo que deja pendiente determinar si Cristian Echay asumirá la querella en representación del padre de la víctima, Moisés Bravo. Esta decisión tendrá un impacto significativo en la dinámica y el enfoque del juicio.
Este caso ha generado una gran conmoción en la comunidad y es fundamental que se esclarezcan todos los detalles y se haga justicia por la trágica muerte de Tomás, señaló una de las abogadas involucradas en el proceso.
Nuevas Perspectivas y Estrategias
A medida que el juicio se acerca, las partes involucradas han comenzado a revelar sus estrategias y enfoques. La defensa de Jorge Escobar buscará presentar una narrativa que cuestione la acusación y busque reducir o eliminar la responsabilidad de su cliente. Por otro lado, la fiscalía y los querellantes se enfocarán en demostrar la culpabilidad de Escobar y asegurar una condena acorde a la gravedad del delito.
Uno de los aspectos clave será la participación del tío abuelo de Tomás en el proceso. Su testimonio y la forma en que se aborde su presunta responsabilidad serán cruciales para determinar el rumbo del juicio.
Implicaciones y Posibles Consecuencias
El desenlace de este caso tendrá un impacto significativo, no solo para el acusado, sino también para la familia de Tomás Bravo y la comunidad en general. Una condena de 10 años de prisión para Jorge Escobar enviaría un mensaje claro sobre la gravedad del delito y la importancia de la protección de los menores. Sin embargo, una absolución o una sentencia más leve podría generar controversia y cuestionar la efectividad del sistema de justicia.
Independientemente del resultado, este juicio se perfila como un momento crucial en la búsqueda de justicia y en la esperanza de que tragedias como la de Tomás Bravo no vuelvan a ocurrir.
