PICA, un trastorno alimenticio inusual y poco conocido, ha intrigado a la comunidad médica durante siglos. Esta condición se caracteriza por el consumo persistente de sustancias no comestibles, como tierra, jabón, cabello y otros elementos, lo que puede acarrear graves consecuencias para la salud.
Orígenes y Alcance de PICA
Sorprendentemente, PICA no es un fenómeno moderno. De hecho, el médico griego Hipócrates ya describía esta práctica en la Antigua Grecia, hace más de 2.500 años. Hoy en día, se estima que alrededor del 9% de la población mundial, es decir, aproximadamente 70 millones de personas, padecen algún tipo de trastorno alimenticio relacionado con PICA.
Según la nutricionista Camila Soto, del Grupo Cetep, PICA se clasifica como un trastorno de conducta alimentaria cuando persiste por más de un mes. Aunque algunos niños pueden pasar por etapas exploratorias donde tienden a poner objetos en la boca, en PICA esta conducta se vuelve repetitiva y prolongada, aumentando el riesgo de problemas físicos y mentales.
Causas y Factores de Riesgo
Las razones detrás de PICA son complejas y pueden variar de individuo a individuo. Algunos estudios sugieren que el trastorno puede estar relacionado con deficiencias nutricionales, como la falta de hierro o zinc, o con problemas emocionales que impulsan este tipo de conductas compensatorias.
Según la antropóloga Sera Young, de la Universidad de Northwestern, PICA se puede registrar en la mayoría de los países, e incluso llega a afectar hasta al 40% de la población en algunas regiones, como Tanzania. Sin embargo, debido a la naturaleza oculta de este trastorno, los casos suelen pasar desapercibidos.
Consecuencias y Detección Temprana
Las consecuencias de PICA pueden ser graves, incluyendo obstrucciones gastrointestinales, infecciones severas, infecciones bacterianas y parasitarias. Por ello, la detección temprana es crucial para abordar el problema de manera efectiva.
La especialista Camila Soto explica que el diagnóstico de PICA se realiza a través de entrevistas con profesionales de salud mental, quienes exploran los hábitos alimenticios visibles, así como señales emocionales y posibles trastornos asociados. Muchas veces, el consumo de sustancias no comestibles es una conducta oculta que solo sale a la luz durante una evaluación profunda.
Enfoques Terapéuticos y Recuperación
El tratamiento de PICA requiere un abordaje integral, que incluye tanto apoyo psicológico como la intervención de un equipo multidisciplinario. Según Soto, en algunos casos se pueden incluir suplementos como hierro, vitamina C o zinc, para ayudar a reducir el estrés y mejorar el bienestar general del paciente.
La clave para una recuperación exitosa radica en la detección temprana y en crear un espacio seguro donde los pacientes, especialmente los adolescentes, puedan expresar sus emociones sin temor. Solo así se podrá abordar el problema desde su raíz y ayudar a las personas a superar este enigmático trastorno alimenticio.