La ciudad de Goma, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), se ha convertido en el epicentro de una nueva ola de violencia entre el Ejército congoleño y los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23). Según informes de organismos humanitarios de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los enfrentamientos han dejado numerosos cadáveres en las calles, con el uso intensivo de artillería pesada en zonas densamente pobladas.
Los combates, que se reanudaron en noviembre de 2021, han provocado movimientos masivos de población y han dejado a millones de residentes y desplazados sin acceso a servicios básicos como agua y electricidad. Familias enclaustradas en sus hogares intentan sobrevivir con paneles solares, mientras activistas de la sociedad civil claman por la reparación urgente de las infraestructuras.
Una Ciudad Sitiada por la Violencia
Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte con una población de aproximadamente 2 millones de habitantes, se ha convertido en el epicentro de los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) y los rebeldes del M23. La tensión se mantiene alta en la estratégica ciudad, que ya había sido ocupada por el M23 durante diez días en 2012.
Según testigos, el fuego de armas ligeras y pesadas sacudió la ciudad, provocando el desplazamiento de la población. En el distrito de Kahembe, al menos diez personas podrían haber perdido la vida en los combates, aunque las autoridades aún no han comunicado el alcance de las pérdidas humanas.
Civiles Atrapados en el Fuego Cruzado
Entre las víctimas se encuentran civiles alcanzados por metralla o balas perdidas, como la residente Sylvie Nzabanita, quien relató: Estábamos en nuestra casa cuando escuchamos disparos. Las paredes empezaron a temblar y entonces hubo una explosión. Sentí un dolor agudo en la pierna.
El hospital Heal Africa de Goma ha recibido a varias personas gravemente heridas, en medio de la incertidumbre sobre la evolución de la situación militar. Mientras tanto, millones de residentes y desplazados sufren la falta de servicios básicos, con cortes de agua y electricidad desde el viernes pasado debido a los daños en las infraestructuras.
Un Conflicto Enraizado en el Este de la RDC
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021, con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte. En marzo de 2022, el grupo rebelde lanzó una ofensiva que lo ha llevado a capturar y perder recurrentemente localidades, hasta situarse finalmente en la estratégica ciudad de Goma.
Este conflicto se enmarca en una larga historia de violencia en el este de la RDC, donde desde 1998 diversas milicias rebeldes y el Ejército se han enfrentado a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). La población civil ha sido la principal víctima de esta espiral de violencia que parece no tener fin.
Un Llamado Urgente a la Protección de Civiles
Ante esta situación, activistas de la sociedad civil han pedido a las FARDC y al M23 que permitan la reparación de las líneas eléctricas y el restablecimiento del suministro de agua. Una población encerrada en sus casas no puede verse privada de agua y electricidad. De lo contrario, sería una sentencia de muerte, lamentó uno de estos activistas.
La comunidad internacional debe actuar con urgencia para proteger a los civiles atrapados en el fuego cruzado y facilitar el acceso a los servicios básicos. Solo así se podrá mitigar el sufrimiento de la población y evitar que la violencia siga cobrando más vidas en la estratégica ciudad de Goma.