Después de intensas deliberaciones, la Comisión de Pesca del Senado ha aprobado la Ley de Fraccionamiento de la Pesca, una normativa que busca equilibrar la distribución de los recursos pesqueros entre los pescadores artesanales y la industria. Esta decisión, si bien ha generado opiniones encontradas, representa un paso importante hacia una gestión más justa y sostenible del sector.
Distribución de Cuotas por Especie
Uno de los aspectos clave de la ley es la distribución de las cuotas de pesca por especie. Para la reineta, se acordó un 90% para los pescadores artesanales y un 10% para la industria. En el caso de la jibia, la distribución quedó en 80% para los pequeños pescadores y 20% para las empresas industriales. En cuanto a la merluza común, se estableció un 43% para los pescadores artesanales y un 57% para la industria. Finalmente, para el jurel, se asignó un 25% a los pescadores artesanales y un 75% a las grandes empresas.
Reacciones Encontradas
Las reacciones a esta aprobación han sido diversas. Hernán Cortés, dirigente de la pesca artesanal, expresó que esperaban un poco más de la distribución, mientras que Juana Silva, representante de los trabajadores industriales, calificó la eventual pérdida de cuota de jurel como un retroceso. Por su parte, Paola Sanhueza, presidenta de la Asociación Gremial de Trabajadores de planta de procesamiento, valoró que se haya evitado una situación compleja con la merluza, pero lamentó el fraccionamiento del jurel.
Buscando el Equilibrio
El senador Gastón Saavedra, del Partido Socialista, señaló que existen diversas visiones sobre este tema y que es necesario hacer distribuciones equitativas y balanceadas para que el sector pesquero funcione adecuadamente en el país. Esta ley representa un intento por lograr ese equilibrio, reconociendo la importancia tanto de los pescadores artesanales como de la industria pesquera.
Ahora, la Ley de Fraccionamiento de la Pesca deberá ser revisada por la Comisión de Hacienda para analizar las implicaciones presupuestarias de las modificaciones realizadas. Este proceso refleja la complejidad y la necesidad de un diálogo constructivo para encontrar soluciones que beneficien a todos los actores involucrados en la industria pesquera nacional.