Tras casi una década de relación, Johnny Herrera y Steffi Scholtbach decidieron separarse, pero mantienen una cordial y respetuosa relación por el bien de su hijo Bruno. En una reciente entrevista, el ex portero y actual comentarista deportivo abrió su corazón y reveló cómo ha sido este proceso de transición.
«Al principio fue difícil, nadie se quiere separar», reconoce Herrera, quien asegura que las cosas pasan por algo. Lejos de lamentarse, el deportista ha enfocado sus esfuerzos en reconstruir su vida y su familia de una manera más saludable.
Aprendiendo nuevas habilidades
Uno de los mayores desafíos que ha enfrentado Herrera es aprender a cocinar. Nunca en mi vida había hecho un plato de fideos y tuve que aprender a cocinar un poquito, confiesa con humor. Este nuevo reto le ha permitido desarrollar una mayor independencia y autonomía en su vida diaria.
Enfoque en sí mismo y en su hijo
Ahora, Herrera se siente super bien y ha encontrado un equilibrio entre su tiempo con Bruno y su tiempo personal. Cuando estoy con Bruno me dedico 100% a él y cuando no, me enfoco en mí, explica. Esta nueva dinámica le ha brindado tranquilidad y la libertad de no tener que dar explicaciones a nadie.
Fortaleciendo el vínculo paterno-filial
A pesar de la separación, Herrera se ha convertido en un padre más presente y dedicado. Steffi Scholtbach, la madre de Bruno, ha destacado que Johnny es un súper buen papá, lo que demuestra que esta transición ha sido una oportunidad para fortalecer su relación con su hijo.
En resumen, la nueva etapa de Johnny Herrera se caracteriza por el crecimiento personal, el enfoque en su hijo y la tranquilidad de no tener que dar explicaciones. Esta experiencia le ha permitido aprender nuevas habilidades, encontrar un equilibrio saludable y ser un mejor padre.
