Ford ha anunciado un plan de reestructuración de su negocio en Europa que implicará el recorte de aproximadamente 4,000 puestos de trabajo, principalmente en Alemania y el Reino Unido. La compañía estadounidense busca crear una estructura de costos más competitiva y garantizar la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo de sus operaciones en el viejo continente.
Según el comunicado de la empresa, los recortes afectarán a cerca del 15% de su fuerza laboral europea de 28,000 empleados. La mayor parte de las reducciones, alrededor de 2,900 puestos, se llevarán a cabo en Alemania, mientras que en el Reino Unido se eliminarán 800 empleos. Otros mercados europeos verán recortes mínimos.
Transición hacia la Electrificación
Además de los recortes de personal, Ford también ha anunciado la implementación de jornadas laborales reducidas en su planta de Colonia, Alemania, durante el primer trimestre de 2025. Esto se debe al ajuste de la producción de los nuevos modelos Explorer y Capri ante la débil situación económica y una demanda de vehículos eléctricos inferior a la prevista.
Particularmente preocupante es la salud del negocio de vehículos de pasajeros de Ford en Europa, donde la compañía ha incurrido en pérdidas significativas en los últimos años y donde el cambio de la industria hacia los vehículos electrificados y la nueva competencia han sido altamente disruptivos
, señalaron desde la empresa.
Compromiso con Europa y Transformación de la Industria
A pesar de estos ajustes, Ford ha reiterado su compromiso con Europa, recordando que en los últimos cuatro años ha invertido $2,000 millones en transformar su planta de Colonia en un centro de producción de vehículos eléctricos.
Asimismo, la compañía ha hecho un llamamiento a trabajar conjuntamente con la industria por la transformación del sector automotriz europeo, subrayando la necesidad de alcanzar un compromiso conjunto para mejorar las condiciones del mercado.
Con estas medidas, Ford busca posicionarse de manera más competitiva en un entorno cada vez más exigente, marcado por la transición hacia la electrificación y la creciente presión de nuevos actores en el mercado europeo de automóviles.