Desigualdad en Seguridad: Cómo la Brecha entre Comunas Ricas y Pobres Pone en Riesgo a los Chilenos
En el programa Conectados en Agricultura, se abordó un tema crítico que afecta a miles de chilenos: la desigualdad estructural en la asignación de recursos entre comunas como Providencia y La Pintana, y cómo esta disparidad impacta directamente en la seguridad y calidad de vida de sus habitantes.
Desigualdad en Recursos y su Impacto en la Seguridad
En Chile, las diferencias entre comunas ricas y pobres no solo se limitan a ingresos o acceso a servicios básicos, sino que también se reflejan en la seguridad ciudadana. Durante el debate, se discutió cómo Providencia, una de las comunas más acomodadas del país, cuenta con un presupuesto per cápita significativamente mayor que La Pintana. Mientras que Providencia dispone de aproximadamente 700 mil pesos por habitante para invertir en seguridad y otros servicios, La Pintana apenas cuenta con 45 mil pesos por persona. Esta desigualdad abismal crea un entorno en el que los habitantes de comunas más pobres enfrentan un mayor riesgo de ser víctimas de delitos, ya que sus municipios carecen de los recursos para implementar medidas efectivas de seguridad.
Propuestas y Reflexiones sobre la Desigualdad Estructural
La discusión en Conectados en Agricultura también se centró en la necesidad de revisar las políticas de distribución de recursos en Chile. Magdalena Merbilháa y Natalia Piergentili, participantes del programa, subrayaron que esta desigualdad no solo es un problema de seguridad, sino también un reflejo de una gestión pública que ha fallado en equilibrar las oportunidades entre todas las comunas del país. Piergentili destacó que, pese a los esfuerzos de algunos alcaldes, la brecha sigue siendo enorme, y el Estado no ha hecho lo suficiente para igualar las condiciones entre comunas ricas y pobres.
La Necesidad de una Visión Integral
El consenso en el programa fue claro: el problema de la seguridad no puede resolverse únicamente con más leyes o mayor presencia policial. Es necesario una visión integral que considere las desigualdades estructurales y proponga soluciones que beneficien a todos los ciudadanos, no solo a aquellos que residen en comunas con más recursos. La seguridad es un derecho de todos, y no un privilegio de unos pocos, enfatizaron los participantes, haciendo un llamado urgente al Estado para garantizar que todos los chilenos, sin importar dónde vivan, puedan sentirse seguros en sus comunidades.
Conclusión
La desigualdad en la asignación de recursos entre comunas ricas y pobres en Chile es un problema que va más allá de la seguridad ciudadana. Es un reflejo de una gestión pública deficiente que ha fallado en equilibrar las oportunidades y garantizar la calidad de vida de todos los ciudadanos. Es hora de que el Estado tome medidas integrales para abordar esta problemática y asegurar que la seguridad y el bienestar sean derechos accesibles para todos los chilenos, sin importar dónde residan.
