¡Trabajadoras de Junaeb Exigen Justicia! Marcha Masiva por la Alameda
En un acto de determinación y unidad, las manipuladoras de alimentos que prestan servicios para la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) han iniciado un paro nacional para exigir el pago total de sus finiquitos. Estas mujeres, que se han dedicado a alimentar a miles de estudiantes en todo el país, se enfrentan a una deuda millonaria que les ha sido negada por demasiado tiempo.
La Deuda Pendiente y la Lucha por sus Derechos
Según lo informado, el pasado 21 de julio vencía el plazo para que la empresa Las Lagunas pagara la segunda cuota del finiquito a las trabajadoras, luego de que la compañía dejara de prestar servicios para el organismo público. Sin embargo, a pesar de que actualmente trabajan para la nueva empresa que opera para Junaeb, las manipuladoras de alimentos se han visto obligadas a iniciar este paro para exigir el pago del dinero que se les adeuda.
La deuda afecta a 4.638 mujeres que esperan recibir entre $1.300.000 y $1.500.000 cada una. Esta situación ha generado una gran preocupación y frustración entre las trabajadoras, quienes han decidido tomar medidas drásticas para hacer oír su voz y obtener la justicia que merecen.
La Marcha por la Alameda
En respuesta a esta problemática, las manipuladoras de alimentos se reunieron esta mañana en Plaza Italia para marchar por la calzada sur de la Alameda, con dirección al Ministerio de Educación. Esta movilización tiene como objetivo visibilizar su lucha y presionar a las autoridades para que se resuelva de manera urgente el pago de los finiquitos pendientes.
Un Llamado a la Solidaridad y la Acción
Esta situación pone de manifiesto la importancia de defender los derechos laborales de quienes se encargan de alimentar a nuestros estudiantes. Estas mujeres, que desempeñan un trabajo fundamental para el bienestar de la comunidad educativa, merecen ser tratadas con dignidad y recibir la remuneración que les corresponde.
Invitamos a toda la ciudadanía a sumarse a esta lucha, a expresar su solidaridad y a exigir a las autoridades competentes que tomen las medidas necesarias para resolver este conflicto de manera justa y expedita. Juntas, podemos hacer que la voz de estas trabajadoras sea escuchada y que se les otorgue el reconocimiento y la recompensa que tanto han ganado.
Conclusión
La determinación y el coraje de estas manipuladoras de alimentos son un ejemplo de la fuerza que surge cuando las trabajadoras se unen para defender sus derechos. Esta marcha por la Alameda es un llamado a la acción, una oportunidad para que todos nos solidaricemos con quienes alimentan a nuestros hijos y exijamos que se les trate con la justicia que merecen. Juntas, podemos lograr que esta deuda se salde y que estas mujeres reciban el finiquito que les corresponde.
