Caos en las aulas: Violencia escolar obliga a suspender clases en Antofagasta
En un momento en el que la educación debería ser un refugio seguro para nuestros jóvenes, tres establecimientos educativos de Antofagasta se han visto obligados a tomar medidas drásticas para proteger a su comunidad. El Liceo de Hombres, Liceo Comercial y Liceo Técnico han tenido que suspender sus clases debido a los hechos de violencia que han afectado a cerca de 4 mil estudiantes.
Según informó El Mercurio de Antofagasta, la Asociación de Directores de Escuelas y Liceos de la zona envió una carta a la Delegación Presidencial Regional solicitando que se tomen medidas urgentes para hacer frente a esta problemática. En la misiva, ejemplificaron los incidentes ocurridos en el Liceo Técnico A-14, Liceo Mario Bahamonde A-15, Liceo Marta Narea A-17 y Liceo Comercial A-12 (Isca).
Según la asociación, estos hechos se han caracterizado por la presencia de estudiantes que han acudido violentamente a los liceos con el objetivo de derribar portones de acceso e ingresar a los establecimientos con fines desconocidos. Además, destacaron que la situación dentro de los liceos, cuando se producen estos lamentables hechos, es de estrés máximo lo que redundado en niños, niñas y jóvenes con crisis de pánico.
Llamado a la acción
Ante esta preocupante situación, la Asociación de Directores de Escuelas y Liceos exige una reunión intersectorial para abordar el problema y evitar que esta violencia se extienda a otros establecimientos educacionales de la comuna.
Respuesta de las autoridades
Por su parte, desde el Ministerio de Educación han indicado que se está gestionando la implementación de un proyecto de ley relacionado con la convivencia, buen trato y bienestar en las comunidades educativas. Además, han informado que se ha creado una Comisión de Educación Preventiva de Convivencia Escolar para abordar esta problemática.
Conclusión
La violencia escolar es un problema que no puede ser ignorado. Estas suspensiones de clases en Antofagasta son un llamado de atención para que las autoridades y la comunidad educativa trabajen de manera coordinada y efectiva para garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros estudiantes. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos crear entornos escolares donde los jóvenes puedan desarrollarse de manera saludable y segura.
