Trabajadores Estatales en Cuba: Luchando por Sobrevivir en Tiempos de Crisis Económica

En un país donde el empleo estatal solía ser considerado un privilegio, la realidad actual en Cuba es muy diferente. La depreciación sin fin del peso cubano y una inflación persistente han erosionado drásticamente el poder adquisitivo de los casi tres millones de trabajadores estatales, quienes representan más de dos tercios de la población empleada en la isla.

Mientras que las marchas del Primero de Mayo (Día del Trabajador) en Cuba se conciben como celebraciones oficialistas, el drama de los sueldos estatales pasa desapercibido. Antuhan, un joven de La Habana que se dedica a la reventa informal de electrodomésticos, lo expresa con claridad: Yo no tengo tiempo para un trabajo estatal. Yo tengo que llevar dinero a la casa para mi madre, que no puede trabajar, y para mi hermano pequeño.

Salarios Insuficientes para Cubrir el Costo de Vida

Las cifras hablan por sí solas: el salario mínimo en Cuba es de 2.100 pesos mensuales (aproximadamente $84 mil pesos chilenos), mientras que el salario medio alcanzó los 4.648 pesos ($186 mil pesos chilenos) el año pasado, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Sin embargo, el costo de la vida en la isla es abrumador: un cartón de 30 huevos cuesta unos 3.000 pesos, un litro de leche 2.300 y el kilo de carne de cerdo supera los 1.300 pesos.

El economista cubano Omar Everleny Pérez, profesor de la Universidad de La Habana, calcula que una pareja necesita 19.975 pesos al mes para adquirir una canasta de 17 productos básicos, incluyendo los subvencionados por la cartilla de racionamiento. Pérez afirma que el primer problema que tiene un trabajador en Cuba es que los salarios no compensan el costo de la vida. De hecho, el experto señala que ni siquiera podemos hablar de la palabra salario porque no tienen ningún poder adquisitivo.

Inflación, Depreciación e Importaciones: Factores Clave de la Crisis

La inflación es la principal causa del deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores estatales. Según la ONEI, el índice de precios al consumo (IPC) interanual del mercado formal se situó en marzo en el 32,08%, después de alcanzar el 77,33% en 2021, el 39,07% en 2022 y el 31,34% en 2023. Los expertos coinciden en que la inflación en el mercado informal, donde se venden la mayoría de los productos, podría alcanzar los tres dígitos.

Además, la depreciación de la moneda nacional ha sido dramática. Si el dólar estadounidense se cambiaba a 24 pesos a inicios de 2021, su cotización actual oscila entre 372 y 380 pesos en el mercado informal. Este derrumbe, sumado al hecho de que Cuba importa el 80% de lo que consume, ha provocado que los precios se disparen y los salarios no alcancen.

El economista cubano y profesor en la Universidad Americana de Washington, Ricardo Torres, estima que el salario medio real actual es apenas dos tercios del de 1989 y que, computando la inflación de esos 34 años, apenas supondría ahora 125 pesos. Torres afirma que aunque los dos adultos (de una familia) tengan un empleo a tiempo completo y hayan completado la educación superior pueden ser incapaces de cubrir incluso algunas necesidades básicas. Esos puestos de trabajo no permiten acceder a un nivel de vida decoroso y no son fuente de movilidad social ascendente.

Conclusión: Una Situación Lamentable y Deterioro de los Servicios Públicos

La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los errores en la política económica nacional han agravado los problemas estructurales de Cuba, que lleva cuatro años sumida en una grave crisis. Aunque el Gobierno cubano ha puesto en marcha un severo plan de ajuste, muchos expertos creen que esto atizará más la inflación y no reducirá las importaciones.

En este contexto, no es sorprendente que se observen niveles récords de emigración o traspaso hacia el sector privado por parte de los trabajadores estatales, quienes luchan por sobrevivir en medio de un visible deterioro de los servicios públicos. La situación de los empleados estatales en Cuba es, sin duda, una realidad lamentable que merece ser abordada con urgencia.