Tensión diplomática: Colombia rompe relaciones con Israel, pero mantiene consulados
En un giro inesperado en las relaciones internacionales, el gobierno de Colombia ha anunciado la ruptura de sus lazos diplomáticos con el Estado de Israel. Sin embargo, la decisión no implica el cierre de las respectivas secciones consulares en Tel Aviv y Bogotá, lo que mantiene un canal de comunicación y cooperación entre ambos países.
La decisión de Colombia y la reacción de Israel
Mediante un comunicado oficial, la Cancillería colombiana informó que el jueves 2 de mayo de 2024 se notificó al embajador israelí en Colombia, Gali Dagan, la decisión del gobierno de romper las relaciones diplomáticas. Asimismo, se coordinará el procedimiento y los tiempos para la salida del personal diplomático.
La noticia no tardó en generar una fuerte reacción por parte del ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, quien calificó al presidente colombiano, Gustavo Petro, como antisemita y lleno de odio. Katz acusó a Petro de premiar a los asesinos y violadores de Hamás y afirmó que la historia recordará que Gustavo Petro decidió ponerse del lado de los monstruos más despreciables conocidos por la humanidad.
Contexto y antecedentes
La decisión de Colombia se produce en un momento de tensión geopolítica en la región, donde Bolivia ya había cortado lazos con el gobierno de Benjamin Netanyahu a fines de octubre. Esto evidencia una creciente polarización en torno a la posición de algunos países latinoamericanos frente al conflicto israelí-palestino.
Cabe destacar que, a pesar de la ruptura de las relaciones diplomáticas, Colombia ha comunicado su intención de mantener la actividad de las respectivas secciones consulares en Tel Aviv y Bogotá. Esto sugiere que, si bien se han interrumpido los vínculos políticos y diplomáticos de alto nivel, se busca preservar ciertos canales de comunicación y cooperación entre ambos países.
Conclusión: Un giro histórico en las relaciones internacionales
La decisión de Colombia de romper relaciones diplomáticas con Israel, pero mantener los consulados, representa un giro histórico en las relaciones internacionales de la región. Este hecho refleja la complejidad y la sensibilidad del conflicto israelí-palestino, y cómo algunos países latinoamericanos están posicionándose de manera más crítica frente a la política exterior israelí.
A medida que se desarrollen los próximos pasos en esta coyuntura diplomática, será fundamental seguir de cerca las reacciones y las implicaciones que puedan tener para la región y el escenario global.