Revelados los Crudos Testimonios Tras la Trágica Muerte de un Joven Conscripto de 19 Años
La muerte de Franco Vargas, un conscripto de 19 años, ha desatado una ola de indignación y ha puesto en tela de juicio las prácticas del Ejército. Los testimonios revelados por el abogado de la familia de Franco pintan un panorama escalofriante de lo que ocurrió durante el entrenamiento que terminó con la vida del joven.
Condiciones Extremas y Trato Inhumano
Según los relatos, el entrenamiento comenzó el sábado 27 de abril, cuando los conscriptos fueron levantados a las 5 de la mañana y llevados a un sector a más de 3.000 metros de altura, donde las temperaturas alcanzaban los 15 grados bajo cero. Los jóvenes vestían únicamente una polera, sin una primera capa de abrigo adecuada.
Antes de iniciar la marcha, Franco le advirtió al Coronel a cargo que no se sentía en condiciones y que no creía poder lograrlo, pero su advertencia fue ignorada. Durante el trayecto, Franco se desvanecía repetidamente, pero en lugar de recibir ayuda, el Coronel lo humillaba, lo trataba de cobarde, lo trataba de maricón y decía que no podían tener a personas así
.
La Tragedia se Desata
A pesar de que Franco pidió varias veces una chaqueta para abrigarse, esto le fue negado hasta que, finalmente, se desplomó sin signos vitales. Según los testimonios, el Coronel incluso llegó a decir viste, un pelao menos, este maldito
cuando el joven conscripto cayó desvanecido.
Investigación y Demanda Familiar
Ante esta situación, la madre de Franco, Romina Vargas, ha anunciado que demandará al Ejército. El abogado que la representa, Sebastián Andrade, ha revelado que están recabando información y luchando contra un hermetismo bastante fuerte del ejército.
Conclusión
La muerte de Franco Vargas ha sacudido a la opinión pública y ha puesto en evidencia la necesidad urgente de una investigación exhaustiva sobre las prácticas y el trato que reciben los conscriptos en el Ejército. Es imperativo que se tomen medidas para garantizar la seguridad y el bienestar de los jóvenes que cumplen con su servicio militar.
Este caso es un llamado a la acción para que se implementen protocolos más rigurosos y se asegure que los entrenamientos se lleven a cabo en condiciones adecuadas, respetando la dignidad y la integridad de los conscriptos. Solo así podremos evitar que tragedias como la de Franco Vargas vuelvan a ocurrir.