La Cocina Chilena: un tesoro culinario en peligro de extinción
Charquicán, porotos granados, guatitas, pastel de choclo, humitas… Estas preparaciones típicas de la Cocina Chilena pueden no ser tan comunes en nuestra mesa como solían serlo, pero sin duda nos transportan a un bonito recuerdo cuando las probamos. Sin embargo, ¿por qué han perdido protagonismo en nuestra gastronomía?
Para entender esta situación, hemos conversado con María José Vargas y Eugenio Melo, subdirectores de proyectos del Centro de Innovación Gastronómica de Inacap. Ambos expertos nos han revelado las razones detrás de la disminución en la preparación de estos platos tradicionales.
El difícil acceso a los ingredientes
Uno de los principales obstáculos para disfrutar de estas preparaciones es la dificultad para encontrar los ingredientes necesarios, especialmente en las grandes ciudades urbanizadas. María José Vargas nos explica que en el campo es común encontrar chancherías, donde se obtienen una gran variedad de productos derivados del cerdo. Sin embargo, en los supermercados las opciones son más limitadas. Es importante recordar que el cerdo ofrece mucho más que solo lomo, filete y chuleta. También se pueden obtener prietas, longanizas, arrollado, queso de cabeza y perniles, entre otros.
Además, existen otras preparaciones a partir de los derivados de los animales, como las guatitas, los riñones, las panitas o el hígado. Estos productos solían ser disfrazados por las dueñas de casa para hacerlos más atractivos y lograr incluirlos en la dieta familiar. Sin embargo, en la actualidad, algunos ingredientes son difíciles de encontrar o están disponibles solo en ciertas temporadas, lo que dificulta su preparación.
El estigma social y los prejuicios
Otra razón por la que se están preparando menos platos típicos de la Cocina Chilena es el estigma social que existe alrededor de estos alimentos. Eugenio Melo señala que algunas personas consideran estas preparaciones como ordinarias o vulgares, lo que hace que se conviertan en platos que se consumen a puerta cerrada y no se comparten con invitados. Sin embargo, María José Vargas nos invita a cambiar esta percepción y sentirnos orgullosos de nuestra gastronomía. ¿Qué mejor que invitar a alguien a disfrutar de unos deliciosos porotos granados, que son saludables y deliciosos?
Además, existe una demonización de ciertos productos como la grasa o el azúcar, lo que ha llevado a que muchas personas eviten preparaciones que requieren un poco más de estos ingredientes. Sin embargo, María José nos recuerda que no es necesario consumir grandes cantidades de estos platos, sino disfrutarlos con moderación.
La falta de tiempo como obstáculo
La falta de tiempo es otro factor que ha contribuido a la disminución en la preparación de platos típicos de la Cocina Chilena. Muchas de estas preparaciones requieren de un tiempo considerable, como el remojo de las legumbres o la limpieza de los riñones. En las ciudades, donde la distancia entre el trabajo y el hogar es mayor, resulta aún más complicado encontrar el tiempo necesario para dedicarse a la cocina.
Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, todavía existen personas que dedican tiempo y esfuerzo a la preparación de estas deliciosas recetas. Para ellos, la Cocina Chilena es un tesoro que vale la pena preservar. María José Vargas nos invita a sentirnos orgullosos de nuestros productos y preparaciones, y a mostrarlos no solo en el Día de la Cocina Chilena, sino durante todo el año.
Conclusión
La Cocina Chilena es un patrimonio culinario que no podemos permitir que se pierda. A pesar de los obstáculos que enfrentamos, como la dificultad para encontrar ingredientes, el estigma social y la falta de tiempo, es importante revalorizar nuestras preparaciones típicas y disfrutar de ellas con orgullo. Invitemos a otros a conocer y degustar los sabores de nuestra gastronomía, y recordemos que la Cocina Chilena es mucho más que solo lomo, filete y chuleta. ¡Celebremos nuestra despensa maravillosa y digamos: Chile, te quiero comer!
