La peculiar historia del primer argentino campeón olímpico
Louis Charles Baillon tenía apenas 7 años cuando, el gélido viento de Las Malvinas, le golpeó por última vez en la cara. A esa edad, junto a sus padres y sus seis hermanos, se embarcó en la Bahía de los Zorros -al noroeste de la isla Gran Malvina- con dirección a Northamptonshire para no volver jamás.
Su progenitor, de origen inglés, había llegado al archipiélago argentino del Atlántico Sur en 1875, donde se estableció para criar ovejas luego de toda una vida trabajando en el rubro agropecuario. Ahí, Louis padre conoció a una isleña con la que se casó en 1876 y tuvieron a siete de sus catorce hijos, siendo Louis Charles el segundo de ellos (nació en 1881).
La familia recibió de parte de la Corona Británica la propiedad de una granja en 1885, pero con el número de integrantes siempre en aumento, optaron por dejar el archipiélago y partir rumbo a Inglaterra.
El talento deportivo de Louis Baillon
El segundo hijo de los Baillon empezó sus estudios en suelo británico y, rápidamente, mostró habilidades en el fútbol, tenis y hockey césped. Fue su talento en este último deporte el que lo llevó a ser el primer argentino en ganar una medalla de oro olímpica, aunque lo hizo representando a la bandera de Inglaterra.
De acuerdo al archivo de Olympics, Louis destacó a temprana edad en el hockey como lateral izquierdo, lo que lo llevó a jugar por la Selección de Northamptonshire. También llegó a disputar fútbol profesional, defendiendo la camiseta del Wandsworth AFC.
Pero fue su pasión detrás de la bocha y el azar, los que llevaron al nacido en Malvinas a inscribir su nombre en la historia del deporte.
El camino hacia el oro olímpico
Los Juegos Olímpicos de 1908 se celebrarían en Roma, pero la erupción del volcán Vesubio obligó al gobierno italiano a destinar sus recursos a la reconstrucción de la devastada ciudad de Nápoles. Así, la organización de la cita de los cinco anillos fue ofrecida a Londres y, el 27 de abril, en el recién estrenado estadio de White City, Eduardo VII dio el vamos a las Olimpiadas.
Pero el estallido del Vesubio no fue la única cuota de azar para Baillon, ya que los países del Reino Unido se negaron a competir en conjunto y las listas de buena fe se expandieron por suelo inglés. De esta forma, el prometedor y talentoso lateral izquierdo de Northamptonshire recibió el llamado para sumarse al equipo olímpico de hockey césped. Louis no lo pensó dos veces y se calzó la camiseta del país de su padre.
Inglaterra no tuvo rival en los Juegos Olímpicos y, con sendas goleadas, el equipo nacional de hockey césped -con Louis Baillon como estelar- se colgó la medalla de oro. Los locales aplastaron a Francia por 10-1 en su primer partido, para luego golear 6-1 a Escocia en las semifinales. En el partido por la presea de oro, Inglaterra no tuvo piedad con Irlanda y le propinó un contundente 8-1. Según TyC Sports, Baillon disputó 9 partidos con el combinado inglés de hockey césped, ostentando un 100% de rendimiento.
El legado de Louis Baillon
Tras dejar el deporte, el oriundo de Malvinas se casó y tuvo cinco hijos, dos de los cuales (Paul y Mark) murieron durante los bombardeos alemanes a Londres en la II Guerra Mundial. Louis se dedicó al rubro cervecero, llegando a dirigir la reconocida Phipps Brewery. Se mantuvo activo en el tenis hasta los 50 años, representando al condado de Northants.
La peculiar vida del nacido en el archipiélago argentino llegó a su fin el 2 de septiembre de 1965, en Northampton. Nada borrará que Baillon es el único malvinense en ganar una medalla de oro, el primer argentino en ser campeón olímpico y el exclusivo -hasta ahora- en hacerlo para otro país: Inglaterra.