Desalojan casa tomada en el Barrio Yungay: Era utilizada como discoteca clandestina
Este miércoles, Carabineros en conjunto con la Municipalidad de Santiago llevaron a cabo el desalojo de una casa tomada en el Barrio Yungay. Lo que parecía ser una vivienda ocupada ilegalmente resultó ser algo mucho más sorprendente: una discoteca clandestina.
En el inmueble habitaban tres hombres y una mujer, todos de nacionalidad peruana. Curiosamente, esta casa se encuentra junto a otra vivienda que ya había sido desalojada en 2023 por funcionar también como una discoteca clandestina.
Un operativo revelador
El jefe de operaciones de la Dirección de Seguridad de Santiago, Marco Pereira, informó que los trabajadores de la discoteca clandestina vivían en esta casa desalojada y estaban planeando continuar con sus actividades ilegales. Al ingresar al lugar, las autoridades encontraron una gran cantidad de bebidas alcohólicas, un escenario y una barra, evidencias claras de que se trataba de un lugar de entretenimiento nocturno.
Habitantes en situación irregular
Durante el operativo, Carabineros constató que los cuatro ocupantes de la casa se encontraban en situación irregular en el país, ya que no portaban sus documentos de identificación. Además, se sospecha que el número real de habitantes en el domicilio podría ser de hasta nueve personas, aunque solo cuatro estaban presentes en ese momento.
Hasta la fecha, el municipio de Santiago ha identificado un total de 85 viviendas tomadas en la comuna, de las cuales 33 ya han sido desalojadas por las autoridades. Este desalojo en el Barrio Yungay es solo uno de los muchos esfuerzos que se están realizando para combatir esta problemática en la ciudad.
Violento asalto a dos monjas
En otro suceso impactante en el Barrio Yungay, se denunció un violento asalto a dos monjas en un convento. Las víctimas fueron retenidas como rehenes durante casi una hora. La madre Rosa Elena, una de las víctimas, relató el horror que vivieron: ‘Estuvimos una hora con cuchillos en nuestro cuerpo, tuve que negociar nuestra propia libertad, nuestra propia vida’. Las monjas fueron amenazadas con violación y exigieron que les entregaran dinero.