Introducción
El dicho “el crimen nunca paga” tiene su origen en la idea de que delinquir, cometer atracos y llevar una vida reñida con la ley, tiene una salida poco feliz. Al corto, mediano o largo plazo, fechorías y tretas ilegales harán caer en desgracia a quien las comete sin obtener beneficios por lo mal obrado. Distinta es la realidad para quien cuenta sus historias. El crimen siempre ha pagado muy bien a editoriales, revistas, comics, cine y, sin dudas, al periodismo.
Asesinatos, robos y criminales copan titulares y portales web con el fin de capturar nuestra atención —esa que sirve para tener más auspicios— y demarcar el límite entre el bien y el mal —ese que sirve para subrayar ideologías. Esto es tan antiguo como el periodismo y tan actual como el reciente informe del Consejo Nacional de Televisión (CNTV).
El impacto de las noticias policiales en la audiencia
El informe del CNTV reveló que las noticias policiales ocupan un 21,3% del total de tiempo al aire de los noticieros centrales de los cuatro canales de señal abierta con mayor audiencia en Chile. Sin embargo, hay dos casos en los que este porcentaje llega casi al 30%. Esto plantea la pregunta de qué efectos podría tener esta cobertura en las audiencias.
La televisión juega un papel importante en la forma en que nos informamos, y si una parte significativa de nuestra exposición a las noticias está relacionada con el crimen, es fácil caer en la percepción de que el mundo es un desastre. Pero, ¿qué delitos son los que más se destacan en estos noticieros? Según el informe, la mayoría de las noticias delictuales están vinculadas a ataques contra las personas y la propiedad, seguidas de casos judiciales, noticias sobre narcotráfico/lavado de dinero y delitos económicos.
La voz de los medios y la falta de perspectiva
Lo más preocupante es que, en estos noticieros, quienes hablan sobre estos temas son principalmente conductores y periodistas, representando el 89% del tiempo. El restante 11% lo ocupan expertos, profesionales y voces académicas o del Poder Ejecutivo. Además, se destaca que el 80% de las personas que hablan sobre estas materias son hombres. En el caso de Teletrece Central, apenas el 13% del tiempo es cubierto por voces de mujeres.
El negocio del sensacionalismo
El informe del CNTV plantea una realidad preocupante: el 20% de nuestra vida como sociedad que amerita ser noticia está compuesto por crímenes y delitos. Sin embargo, esto no es necesariamente una representación precisa de la realidad externa, sino más bien una construcción interna de los medios de comunicación. Los noticieros televisivos se enfocan en el crimen porque vende miedo y atrae auspiciadores, pero no abordan la desigualdad estructural de la sociedad o denuncian los negocios fraudulentos de cuello y corbata.
En lugar de eso, se criminalizan barrios, sujetos, migrantes y grupos sociales, lo que contribuye a políticas represivas y a la industria del miedo. Este enfoque no sirve para dar voz a la ciudadanía ni para abordar la problemática con perspectiva de género. Los medios de comunicación priorizan sus intereses económicos e ideológicos sobre la búsqueda de la verdad y la justicia.
Conclusión
En resumen, el crimen sí paga, pero no para aquellos que lo cometen, sino para los medios de comunicación que se benefician económicamente del sensacionalismo y la cobertura de noticias policiales. La televisión en Chile se ha convertido en una mina de oro para los noticieros, que priorizan el miedo y la criminalización en lugar de abordar temas más relevantes y urgentes para la sociedad. Es hora de cuestionar esta forma de hacer periodismo y exigir una cobertura más equilibrada y responsable.