La Ley Jacinta entra en vigencia con cambios sorprendentes
La “Ley Jacinta” surgió como una respuesta legislativa tras un trágico incidente en agosto de 2023, donde una niña de 5 meses perdió la vida. Inicialmente orientada a aumentar las exigencias para personas mayores de 65 años que buscan obtener o renovar su licencia de conducir, la iniciativa ha experimentado cambios significativos en busca de equidad y eficacia.
Antecedentes y cambios en la Ley Jacinta
La propuesta original de la Ley Jacinta buscaba imponer requisitos adicionales a personas mayores de 65 años, como la presentación de un certificado médico. Sin embargo, tras advertencias de expertos sobre posibles discriminaciones, los parlamentarios decidieron retroceder. En el nuevo enfoque, se acordó modificar el proyecto para aplicar requisitos equitativos a todas las personas que busquen renovar o solicitar su licencia de conducir. Ahora, se requerirá un certificado médico general que demuestre la aptitud del solicitante, independientemente de su edad.
Modificaciones específicas en la Ley Jacinta
Según el borrador del proyecto, en caso de que el solicitante padezca alguna enfermedad contemplada en el reglamento para el otorgamiento de licencias de conducir, el médico deberá certificar que el individuo está bajo tratamiento médico y tiene la aptitud para conducir un vehículo. Además, se establece la posibilidad de emitir una “licencia de conductor no profesional restringida” en situaciones específicas donde la deficiencia de la persona no se considere grave. Este enfoque permite adaptar las restricciones según las necesidades individuales, asegurando un equilibrio entre la seguridad vial y la movilidad.
La Ley Jacinta evoluciona para priorizar la seguridad y equidad vial
La “Ley Jacinta” emerge como una respuesta valiente y reflexiva ante una tragedia que marcó a la sociedad en agosto de 2023. Este proyecto, inicialmente orientado a imponer requisitos adicionales a conductores mayores de 65 años, ha experimentado una transformación significativa para garantizar tanto la seguridad vial como la equidad en el acceso y renovación de licencias de conducir. El proyecto, además, reconoce la diversidad de situaciones médicas y establece medidas específicas para casos particulares. La emisión de una “licencia de conductor no profesional restringida” en situaciones donde la deficiencia no se considera grave es un paso hacia la adaptabilidad y la consideración de necesidades individuales.
Conclusión
En memoria de Jacinta y con la esperanza de prevenir tragedias similares en el futuro, esta legislación busca establecer un estándar elevado en materia de seguridad vial y equidad, construyendo puentes hacia un sistema más inclusivo y consciente de las necesidades de todos los conductores. El proceso legislativo sigue su curso, con la expectativa de que el proyecto, ahora más equitativo y balanceado, sea reingresado en las próximas semanas. La “Ley Jacinta” evoluciona como un testimonio de la capacidad del sistema para aprender y adaptarse, priorizando la seguridad en las carreteras sin perder de vista la necesidad de tratar a cada individuo con dignidad y respeto.