El fin de una era
Este fin de semana se dará por finalizado el periodo de Jorge Bermúdez como contralor de la República y empezará un proceso que se avecina complicado para el Ejecutivo para poder nombrar a su sucesor. Y es que desde el Congreso dejaron en claro que el panorama será similar al visto en los dos últimos procesos – que vieron a Ramiro Mendoza y al propio Bermúdez llegar a la Contraloría – con un periodo de vacancia que podría superar los 8 meses. Esto, de cara a los diversos procesos donde el organismo es parte de las indagatorias, como el caso Convenios y Audios, donde la oposición cuestionó la labor de Contraloría en materia de fiscalización y la eventual cercanía al Frente Amplio de Jorge Bermúdez, a pesar de ser público su rechazo a los indultos impulsados por el presidente Boric.
Los candidatos en la contienda
Ante esto, surgen una serie de nombres que buscan ocupar el puesto que Bermúdez deja vacante en las próximas horas.
Miguel Landeros: el hombre fuerte de la Cámara
Uno de los candidatos más fuertes es el de Miguel Landeros, actual secretario de la Cámara de Diputados, quien desde hace meses viene dejando ver a los parlamentarios su deseo de ser el nuevo contralor. Landeros es secretario de la Cámara Baja desde hace una década, luego de su aterrizaje en el Congreso como asesor de la bancada DC, convirtiéndose en un nombre que genera consenso de manera transversal dada su labor en la testera de la Corporación. Sin embargo, el principal pero que enfrenta el abogado es que no es experto en Derecho Administrativo, aspecto considerado clave para dirigir Contraloría.
¿De la Fiscalía a Contraloría?
Por su parte, el fiscal metropolitano centro norte Xavier Armendáriz es otro de los candidatos que busca ser el sucesor de Bermúdez, luego que su ascenso en el Ministerio Público se viera frenado por el nombramiento de Angel Valencia como Fiscal Nacional. Armendáriz apuesta por su candidatura por ser un nombre no vinculado al Congreso, como es el caso de Miguel Landeros, como su aspecto más destacado, a lo que se suma estar al frente de investigaciones de gran revuelo público, como el caso de corrupción en la municipalidad de Vitacura durante la gestión de Raúl Torrealba. Sin embargo, su matrimonio con María Cecilia Cáceres Navarrete, ex Directora Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores y en su momento parte del consejo de la Fundación Democracia Viva, le juega en contra.
Un viejo conocido
Otro de los nombres que aparecen en carpeta es el de “un viejo conocido“, Enrique Rajevic, quien en 2015 fue propuesto para estar a cargo de Contraloría, pero fue rechazado por el Senado por solo un voto, lo que permitió el posterior ascenso de Jorge Bermúdez. En su momento, el académico cuestionó la decisión del Congreso de frenar su llegada al organismo señalando a CNN Chile que “yo era un candidato idóneo y que podría haber desempeñado bien el cargo, me entusiasmaba mucho porque he sido profesor de derecho administrativo, he escrito muchas veces sobre la Contraloría General de la República y soy un convencido de que hay una posibilidad transformadora muy fuerte para el Estado ahí”. Una nueva postulación sería vista como reivindicación a su trayectoria y a reparar lo sucedido en 2015, donde su cercanía a la ex Nueva Mayoría terminó sentenciando su llegada a Contraloría.
Un nombre de la casa
En esta carrera no podía faltar alguien de “casa” y ese puesto es llenado por Nelly Salvo, actual secretaria general de Contraloría y que, al igual que Xavier Armendáriz, intentó sin éxito ser la nueva Fiscal Nacional. Salvo es cercana a la DC, ya que trabajó con Jorge Burgos en su paso por el Ministerio del Interior durante el Gobierno de Michelle Bachelet, pero también fue estrecha colaboradora del cuestionado fiscal nacional Jorge Abbott, quien la puso a cargo de la División de Estudios del Ministerio Público y luego como directora de la Unidad Especializada en Responsabilidad Adolescente. Al igual que Miguel Landeros, tiene cercanía con el mundo parlamentario, ya que durante su labor al amparo de Burgos, fue la encargada de “contestar las llamadas” del Congreso a Interior, además de ser una candidata de “continuidad” al interior de la propia Contraloría.