Indolencia estatal: el impactante hallazgo de osamentas olvidadas en la U. de Chile
El Ministerio de Justicia y el Servicio Médico Legal (SML) han dado a conocer los resultados de un informe que revela un escalofriante hallazgo en la Universidad de Chile. Se trata de 89 cajas de osamentas humanas que fueron olvidadas en las dependencias de la universidad desde el año 2001. Estos restos pertenecen a diversas causas de derechos humanos y estuvieron bajo custodia del Departamento de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina durante más de 20 años.
El origen de este descubrimiento se remonta al fallecido juez especial para causas de derechos humanos, Juan Guzmán Tapia, quien ordenó que el Servicio Médico Legal enviara las cajas a la Universidad de Chile. Sin embargo, una vez que llegaron a la casa de estudios, se perdió el rastro de los restos humanos.
Un descuido imperdonable
Según explicó Luis Cordero, ministro de Justicia, de las 89 cajas encontradas, 65 corresponden a material para pericias y 20 estaban destinadas a fines docentes. Además, se encontraron cuatro contenedores con objetos ajenos. Estos restos humanos fueron hallados en diferentes lugares, como el Cementerio de Concepción, Cerro Chena, Regimiento de Artillería de Linares, Pampa Dolores, Río Negro, el Cementerio de Copiapó, el Cementerio de Rahue Alto, el SML de Osorno, Calama y el ex campo de concentración de Pisagua. Sin embargo, se desconoce el origen de 38 de estas muestras.
Este lamentable descuido tuvo su origen cuando el juez Juan Guzmán ordenó el envío de los restos humanos a la Universidad de Chile. En 2011, el entonces director del SML, Patricio Bustos, solicitó que las cajas fueran devueltas para realizar pericias. Sin embargo, un año después, el ministro Isidro Solís pidió que los restos regresaran a la casa de estudios. Esta solicitud se concretó recién en enero de 2019 debido a que el Departamento de Medicina Legal se inundó, generando un hongo en los restos que tomó cuatro años limpiar.
La indolencia estatal al descubierto
Ante este impactante hallazgo, el ministro Luis Cordero reconoció que este caso evidencia una de las manifestaciones más claras de la indolencia estatal durante más de 20 años. Diversos organismos del Estado fueron testigos de estos restos en investigaciones judiciales relacionadas con desapariciones y ejecuciones de personas durante la dictadura, pero no tomaron una posición activa para resolverlo.
Para Cordero, este descubrimiento vuelve a poner en evidencia los horrores que el Estado cometió en el pasado. En el año 2006, el Estado tuvo que reconocer los errores en la identificación de restos en el Patio 29. En ese momento, se intentó corregir los errores y el Estado fue condenado por ellos.