Introducción
El bullying televisivo ha sido un recurso utilizado durante años en la televisión para generar risas y entretenimiento. Sin embargo, en la actualidad, este tipo de burlas ya no pasan desapercibidas y han generado polémicas y reclamos por parte del público. Dos casos recientes que han marcado un antes y un después en este tema son el de Miguelito en “Tierra Brava” y el de la dupla Aguayo-Slimming en “El Purgatorio”.
El caso de Miguelito
Miguelito, el comediante peruano de baja estatura, ha construido su carrera en torno a su condición física y ha logrado convertirla en su principal activo. Sin embargo, en el programa “Tierra Brava” fue víctima de bullying por parte de Junior Playboy y otros concursantes. A diferencia de lo que solía suceder en el pasado, Miguelito decidió enfrentar la situación de manera adulta y respetuosa, ganándose el respeto de muchas personas y dejando en evidencia a sus agresores.
El Viñuelazo y sus consecuencias
Otro caso que ha generado un gran impacto es el del “Viñuelazo”, el episodio en el que José Miguel Viñuela cortó el pelo de un camarógrafo sin su consentimiento. Este acto tuvo graves consecuencias para Viñuela, quien fue enjuiciado, tuvo que pagar una indemnización y perdió su trabajo en MEGA. Este incidente marcó un antes y un después en la forma en que se percibe el bullying televisivo y demostró que ya no se puede actuar con impunidad.
El cambio de mentalidad
En el pasado, el bullying era algo común en la televisión y muchas rutinas humorísticas se basaban en burlarse de otros, utilizando referencias machistas, racistas y homofóbicas. Sin embargo, si mostráramos esos mismos programas a las nuevas generaciones, es probable que generaran indignación y rechazo. La sociedad ha evolucionado y ahora se exige un trato más respetuoso y consciente hacia los demás.
El caso de “El Purgatorio”
En el programa “El Purgatorio”, los comediantes Chiqui y Slimming han sido cuestionados por su forma de hacer humor. Aunque se trata de un formato conocido como “roast”, en el que se realizan burlas de manera graciosa pero sin llegar a ser una crítica dura, esto no ha sido bien recibido por parte del público. Incluso han surgido reclamos por el calibre de las tallas y por la falta de límites en los temas abordados.
Conclusiones
El bullying televisivo ya no es aceptado por el público de la misma manera que antes. Los casos de Miguelito y “El Purgatorio” han dejado claro que este tipo de burlas ya no pueden ser utilizadas con impunidad. La sociedad exige un trato más respetuoso y consciente hacia los demás, y los programas de televisión deben adaptarse a estos nuevos estándares. Es importante reflexionar sobre el impacto que nuestras palabras y acciones pueden tener en los demás y buscar generar un ambiente de respeto y tolerancia en todos los ámbitos de nuestra vida.