La vida de Belisario Velasco
Belisario Velasco fue un destacado militante de la Democracia Cristiana en Chile, cuyo rol en la transición a la democracia después de la dictadura de Pinochet es ampliamente reconocido. Nacido en 1936 en el seno de una familia acomodada, su vida dio un giro inesperado cuando la quiebra de su padre lo obligó a comenzar a trabajar a los 17 años.
A los 20 años, Velasco se unió a la Democracia Cristiana, partido en el que permaneció hasta su fallecimiento. Durante la Unidad Popular, mostró su oposición a la gestión de Salvador Allende, pero no dudó en formar parte del Grupo de los 13, que emitió una dura declaración pública de rechazo al golpe de Estado liderado por Pinochet en 1973.
Su lucha durante la dictadura
En los años de la dictadura, Belisario Velasco fue director gerente de radio Balmaceda, la única emisora opositora al régimen. Esta posición le valió ser relegado a Putre en 1976, donde vivió con el temor de ser arrojado al mar. En 1978, fue relegado nuevamente, esta vez en Parinacota.
A partir de 1980, Velasco se convirtió en presidente del directorio de la revista Análisis, cargo que ocupó durante seis años. Su regreso a la democracia se produjo tras el triunfo del NO en el plebiscito de 1988, cuando se convirtió en jefe de campaña de Patricio Aylwin en regiones. Posteriormente, fue nombrado subsecretario del Interior durante los gobiernos de Aylwin y Frei Ruiz-Tagle.
Su legado y últimos años
Belisario Velasco fue reconocido por su labor en la desarticulación de grupos armados que se negaban a abandonar las armas después de la dictadura. Durante su tiempo como ministro del Interior en el gobierno de Michelle Bachelet, advirtió sobre los problemas del Transantiago, pero sus advertencias no fueron escuchadas.
Después de su renuncia al cargo, Velasco se alejó de la política y pasó sus últimos años en su casa de Cachagua. Sin embargo, nunca abandonó su militancia en la Democracia Cristiana, dejando un legado de compromiso y lucha por la democracia en Chile.
